Premiado. Francisco Hernández merecedor de la Medalla Bellas Artes INBA.
El poeta Francisco Hernández (San Andrés Tuxtla, Veracruz, 1946) se desprendió de su ropa térmica, bufanda y tapabocas azul, para recibir la Medalla Bellas Artes.
Así lo refirió el propio escritor quien, rodeado de amigos y colegas, dedicó la presea recibida en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes a su esposa Leticia Arróniz y fue reconocido por ser siempre fiel a sí mismo, por ser un creador de convicciones y por su trabajo lleno de entrega, generosidad y destreza.
"¿Qué es una medalla?, ¿una protección religiosa que requiere ser colgada como un collar o una especie de metálico bálsamo capaz de alejar a una enfermedad pulmonar con algo de sordera, tos y poco estilo? Si me lo permiten es un cero a la izquierda, un cero a la derecha y una imagen en el centro de la melancolía que se desmorona cual puño de polvo".
El Premio Nacional de Ciencias y Artes en la categoría de Lingüística y Literatura 2012 aseguró que aparte de los 25 libros de poesía, un diario, un libro de artes visuales y otro de artículos periodísticos aún inédito, no ha realizado nada más.
"Entre mis limitaciones confieso no traducir ninguna lengua, no haber vivido en el extranjero más de dos meses, no tener gusto por las novelas y no ejercer ninguna actividad docente. Por suerte, alguien me ofreció dar talleres de creación literaria y los he llevado a cabo, sobre todo en Oaxaca."
En su intervención, el poeta evocó a tres personalidades que formaron parte de su vida: "Esta lectura es una especie de homenaje a mi padre, porque al mostrarle mis primeros intentos literarios me dijo con un tono ligeramente teatral: 'Tú tienes que ser un hombre de bien, no sigas publicando basura'.
"También lo es para el poeta Guillermo Fernández, que me dijo 'Tu poesía es átona, gordo, así no vas a llegar a ningún lado'".