Reconociendo tu flujo vaginal
El flujo vaginal, es una secreción que puede existir en las diferentes etapas de una mujer, desde una recién nacida, hasta una mujer de la tercera edad.
El ginecólogo y obstetra, José Luis Barrón Rodríguez, nos explica que existen dos tipos principales: los fisiológicos (normales), entre los que se encuentran aquellos que dependiendo de la edad de cada mujer, aparecen durante los diferentes días de su ciclo fértil y esto es desde la recién nacida, hasta la tercera edad.
En la recién nacida, puede haber una secreción blanquecina o cristalina muy discreta sin mal olor a nivel del inicio de la vagina; en las niñas puede ser normal ciertas secreciones amarillentas o a su vez también cristalinas que varían en cantidad dependiendo de la edad y esto cambia en la pubertad y adolescencia, en donde se vuelven de diferentes colores y cantidades, dependiendo del nivel hormonal que exista en esos días al igual que la mujer en edad reproductiva que por lo general no da ningún síntoma, por lo que se consideran normales.
En la menopausia, éstas secreciones van disminuyendo y en ocasiones, hasta llegar a estar ausentes debido al nivel tan bajo de hormonas.
El segundo tipo son los flujos patológicos, es decir, por enfermedad, los que generalmente varían en cuanto a color, desde un color blanco, grisáceo, amarillo o hasta un color verde y puede ser de consistencia líquida, grumosa o semilíquida.
El ginecólogo y obstetra, señala que la principal característica, es que normalmente van acompañados de síntomas como la comezón (prurito), ardor con o sin orinar, sensación de picazón o calambre a nivel de genitales externos. Dependiendo de la severidad de la infección y de cada paciente será la intensidad de los síntomas.
La importancia de identificar el tipo de flujo, radica en que más allá de la incomodidad, puede tener una repercusión que podría traer consigo incluso la fertilidad, ya que una infección no tratada adecuadamente, puede migrar hacia la matriz o llegar hasta las trompas de falopio u ovarios, ocasionando una enfermedad pélvica inflamatoria o hasta un absceso pélvico.
Para poder detectar si el flujo vaginal es algo normal, generalmente son los síntomas los que puedan dar esas señales, más que el flujo en sí.
Por otra parte, también está el flujo en la etapa de embarazo o gestación, en la cual existe un aumento importante de hormonas, las cuales cambian el PH de la vagina, lo que conlleva a cambios en la secreción vaginal, por lo que puede variar en cantidad y color, siendo cristalino o cambiar hasta un tono amarillo o blanquecino.
Esto se puede confundir con un infección vaginal lo que podría llevar a administrar tratamientos vaginales innecesarios. Lo más importante sería que fuera revisado por un especialista y valorar si es algo anormal o no.
Existen las conocidas como duchas vaginales y muchas mujeres las utilizan pensando en mantener una buena higiene o prevenir infecciones, sin embargo, puede ser contraproducente y no se recomiendan, ya que esto puede destruir la población de bacterias protectoras de la vagina que existen en toda mujer.
Siempre que exista algún flujo que para la paciente no sea normal, lo más recomendable sería que fuera valorada por su médico de confianza.
Cuídate
Por ello, los cuidados que se recomiendan para el cuidado vaginal es primeramente mantener la higiene personal, con el baño diario, una técnica adecuada para limpiarse después de ir al baño, lavarse las manos antes de ir al baño, realizar el cambio de ropa interior diariamente, utilizar ropa interior de algodón en mayor tiempo y en menor otro tipo de telas.
Para finalizar el especialista recomienda no utilizar ropa ajustada diariamente, hacer una limpieza genital después de tener relaciones sexuales y con determinada frecuencia, acudir con su médico especialista de confianza.
¿Qué debo evitar?
• Las duchas vaginales.
• Tocarse los genitales con las manos sucias.
• Utilizar ropa interior de telas sintéticas diariamente.
• Utilizar ropa externa muy ajustada diariamente.
• Automedicarse.