Original. Crea la atmósfera de silencios e incertidumbres de la desaparición.
Se necesita de una comunidad para que alguien desaparezca. En apariencia todos los involucrados en la historia parecen personas comunes y corrientes, porque así son todos los culpables y todos los sospechosos, gente común y familiar. La editorial Edebé y el Programa Nacional Salas de Lectura de la Secretaría de Cultura publican la inquietante historia escrita por Maité Carranza.
Una joven de 15 años sale de fiesta una noche, tras de sí ha dejado una nota en la que explica que se ha ido lejos y pide que no la busquen. Dos días después, de acuerdo a los testigos que la vieron, la policía la localiza en Bilbao, donde viven sus tíos, pero una madrugada, mientras la buscan, Nuria Solís recibe una llamada de auxilio de Bárbara, desde una cabina telefónica en Lérida. En esa cabina encuentran señales de violencia, la sangre de la joven y su bolsa. Luego sólo quedaron interrogantes…
¿Por qué los tíos con quienes que pasaba todos los veranos, no le abrieron la puerta cuando fue a buscarlos? ¿Por qué Nuria Solís no le prohibió salir esa noche con el novio que no le gustaba nada? ¿Por qué no indagó sobre los moretones y cortes que descubrió una noche en el cuerpo de su hija?
Los secretos y los silencios son lava subterránea que destruye los cimientos antes que la superficie, a Bárbara le estaba ocurriendo algo que nadie quiso ver, porque asignar los desmoronamientos a la rebeldía juvenil, es el camino más cómodo.
Palabras envenenadas, de Maité Carranza, coeditado por Edebé y el Programa Nacional de Salas de Lectura, es una novela que mantiene el ánimo, suspenso y la reflexión palpitante. Un tejido de personajes y complicidades, de ocultación, temores y delitos que ocurren en las esferas que se presumen más amorosas. Sin duda es un libro que deberían leer niños, adolescentes, padres y maestros.