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Recrean un clásico del ballet en el TIM

En escena. El montaje contó con un gran despliegue de vestuario y un gran juego de luces.

En escena. El montaje contó con un gran despliegue de vestuario y un gran juego de luces.

 YOHAN URIBE

El Siglo de Torreón

Con un corte marcadamente infantil y vestuarios llenos de colorido, anoche la Compañía Nacional de Danza del Instituto Nacional de Bellas Artes, presentó en el Teatro Isauro Martínez una de sus más recientes apuestas, Blancanieves, adaptación de la coreógrafa Irina Marcano, que si bien usó la versión del cuento de los Hermanos Grimm, no se desprendió ni en el vestuario de los bailarines principales, de la visión de Disney.

La puesta en escena cuenta con muy buena escenografía, sencilla, sobria y sobre todo muy adaptable a los escenarios donde se desarrolló la narración. Unos arcos rojos con formas geométricas, fueron el telón de fondo tanto para los cuadros de los trabajadores enanos, como para el hechizo de la malvada bruja.

La obra en su mayoría presentó un cuerpo de bailarines que actuaron el cuento, sin mayor derroche de técnica, saltos o grandes movimientos. Entretenida para los niños, sobre todo por el gran colorido del vestuario y el buen manejo de la iluminación.

El montaje combina una parte actuada muy importante, por lo que anoche los bailarines mostraron el resultado de una buena preparación actoral, reconocida por el público lagunero al final de la función, que tuvo una duración de poco más de 50 minutos.

Tres personajes principales, Blancanieves, El Príncipe y la Bruja; muy bien seleccionados, aún cuando la obra no incluyó solos de larga duración. Para resaltar el papel realizado por el cuerpo de bailarines que dieron vida a los siete enanos, que incluso para los créditos finales salieron de rodillas logrando un efecto muy real en toda la obra.

Gran respuesta del público lagunero que permitió un teatro cercano al setenta por ciento de su capacidad.

El Siglo de Torreón / Ramón Sotomayor

Historia de éxito

Los orígenes se remontan a 1963 cuando se creó el Ballet Clásico de México, por iniciativa de Celestino Gorostiza, entonces titular del Instituto Nacional de Bellas Artes al fusionar dos grupos independientes: Ballet Concierto, dirigido por Felipe Segura y el Ballet de Cámara, dirigido por Nellie Happee y Tulio de la Rosa.

Con esta aleación de géneros clásico, neoclásico y contemporáneo nació una agrupación estable de ballet en México, que ha rescatado el repertorio de la época de oro de la danza mexicana e impulsado el trabajo de ballets clásicos y neoclásicos, además la voluntad de apoyar la labor de bailarines, maestros mexicanos con formación clásica, coreógrafos y diversos creativos alrededor de la danza.

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