El pasado viernes 25 la Comisión de Elecciones de Wisconsin anunció que aceptó la solicitud de recuento que hicieron ese mismo día Jill Stein, candidata presidencial del Partido Verde, y Rocky de la Fuente, candidato presidencial independiente, con lo cual se abre la posibilidad de que los 10 votos electorales que dicho estado le otorgó a Donald Trump eventualmente pasen a Hillary Clinton.
De acuerdo a los resultados oficiales, hasta el momento, Trump ganó la elección en el estado de Wisconsin con apenas 22,525 votos, lo que representa escasamente el 0.76% del total de los casi 3 millones de votos que se emitieron en dicha entidad.
Si bien la reversión de los resultados en Wisconsin no tendría ninguna repercusión en el resultado electoral final ya que, aun con 10 votos electorales menos, Trump superaría los 270 votos electorales requeridos para ganar la Presidencia, lo que resulta interesante de este precedente es que se planea pedir el recuento también en Michigan (16 votos electorales) y Pensilvania (20), donde los resultados también son muy cerrados, y ya sumados llegan a 46 votos electorales que, en caso de revertirse, le otorgarían el triunfo a Hillary Clinton.
El lunes es el último día para solicitar el recuento en Pensilvania, donde la diferencia oficial a favor de Trump es de 68,030 votos, equivalente a 1.13% del total de los más de 6 millones de votos emitidos; y en Michigan, la fecha límite es el miércoles, y allí la diferencia es de únicamente 10,704 votos, equivalente a 0.22% de 2.2 millones de votos emitidos.
La semana pasada un grupo de científicos informáticos, entre los que se encuentra J. Alex Halderman, director del Centro para la Seguridad Informática y la Sociedad de la Universidad de Michigan, recomendaron al equipo de campaña de Clinton que solicitará el recuento de la votación total en Wisconsin, Michigan y Pensilvania, pues tenían algunos indicios de que el conteo de votos en dichas entidades podría haber sido manipulado o hackeado.
La auditoría estadística que ellos realizaron mostraba que Clinton recibió 7% menos de los votos en los condados con máquinas de votación que en aquéllos donde se utilizaron papeletas de votación o escáneres ópticos. Dadas las diferencias tan pequeñas y la importancia de las tres entidades, los resultados en estos condados podrían ser definitivos para modificar el sentido de la votación.
Otro dato que vale la pena destacar es que conforme avanza el conteo de votos populares la diferencia a favor de Clinton se ensancha; en estos momentos, ya casi con el recuento total, de acuerdo al sitio The Cook Political Report, Hillary supera con 2 millones 228 mil 114 votos a Trump, lo que significa el 1.7% del total de 134 millones 237 mil 025 votantes. Cuando se declaró el triunfo de Trump la diferencia era una décima parte de esto, es decir, escasamente 200 mil votos y obviamente, faltaban de llegar los resultados de las entidades del oeste de los Estados Unidos, que son en su mayoría demócratas.
Finalmente, el sábado por la mañana, el equipo de campaña de Clinton -de acuerdo a información de CNN- informó que se sumarían a los esfuerzos de recuento de votos en los 3 estados clave; fueron muy cuidadosos en señalar que ellos no los impulsarían, pero que sí se lograban -como en el caso de Wisconsin- sí se asegurarían que se realizaran bien.
Para que se realice el recuento de la votación total se requiere que un candidato lo solicité y además que cubra los gastos que esto ocasiona, por ello Stein inició una campaña de recaudación de fondos para costearlos; hasta el momento ha logrado reunir 5.2 millones de dólares de 7 que requiere, así que todo indica que logrará tener los recursos suficientes y que interpondrá las solicitudes en tiempo y forma, aunque esto no asegura que se los concedan en Michigan y Pensilvania, como sí ocurrió en Wisconsin.
Sin embargo, el haberlo conseguido en Wisconsin es toda una victoria y, en cualquier caso, tendrá impacto en la opinión pública norteamericana. De acuerdo a la legislación norteamericana los recuentos deben quedar concluidos el 13 de diciembre.
El copresidente del Partido Verde en Wisconsin, George Martin, dijo que el partido busca ir un paso más allá de lo que sería el simple recuento de votos, pues quieren verificar que los votos de las papeletas correspondan a los votos contabilizados digitalmente, es decir, que hay plena correspondencia entre lo que el elector marcó y lo que se reportó para contabilizar. Esta confrontación es lo único que descartaría la posibilidad de un fraude cibernético; en algunas entidades sí se hace una auditoría (mediante la revisión de una muestra) para comprobar dicha correspondencia, pero ni es un recuento de la votación total ni se realiza en todas las entidades.
Aunque en esta ocasión (a diferencia de lo que ocurrió en el 2000, cuando el resultado de la elección estuvo en suspenso durante varias semanas) Clinton aceptó su derrota la misma noche de la jornada electoral, nuevamente -como lo hicieron hace 16 años- los norteamericanos cuestionan su sistema electoral e investigan la posibilidad de que se haya defraudado la voluntad popular, algo que antes de este siglo era incluso impensable.
Los resultados del recuento (o recuentos, dependiendo si es únicamente en Wisconsin o en los 3 estados) son fundamentales para el futuro norteamericano y del mundo, pues definirán quien será el próximo presidente norteamericano y, eventualmente, el futuro del muy cuestionable sistema electoral norteamericano.