"La muerte de cualquier hombre me disminuye, porque soy una parte de la Humanidad. Por eso no quieras saber nunca por quién doblan las campanas; ¡están doblando por ti!''. He tomado las palabras del escritor inglés John Donne (1572-1631) para dedicar la columna de hoy a Ángel Esparza Ochoa, mejor conocido como "Angelito'' entre trabajadores y ex empleados del "Siglo de Torreón''.
Falleció la madrugada del domingo cuatro de diciembre en el Hospital General de Zona número 16 de esta ciudad a consecuencia de un mal renal que padecía desde hace más de tres años. Estaba próximo a cumplir 37 años de edad en febrero del año entrante, segundo hijo del matrimonio formado por don Ángel Esparza Ramírez (QEPD) y doña Yolanda Ochoa viuda de Esparza.
A la muerte de su padre, Angelito asumió con gran responsabilidad el cargo de jefe de familia cuando tenía 19 años de edad. Hijo ejemplar, cariñoso, noble y bondadoso, que siempre estaba presto ayudar al próximo, como a aquel albañil a quien le habían robado su herramienta y Angelito se la repuso para que pudiera seguir trabajando.
En una de sus estancias en la Clínica de Especialidades número 71 del IMSS tuvo de compañero a don Rosendo de Troncoso, Zacatecas, quien al ser dado de alta le quiso empeñar a Angelito el celular para pagar su pasaje de regreso, Esparza Ochoa no aceptó la propuesta y le regaló el importe del boleto a esa población.
A "El Siglo de Torreón'' llegó en febrero del año del 2000 al recién creado Departamento de Internet, en el cual laboró hasta febrero del presente año. Su salud estaba quebrantada y decidió retirarse para reestablecerse con la esperanza de aliviarse para regresar al periódico en el que su padre y él entregaron la vida.
Angelito sufrió con estoicismo el Vía Crucis que inició el jueves siete de febrero del 2013 y que le cambió su vida, cuando junto con otros cuatro compañeros de trabajo fueron secuestrados durante varias horas. A consecuencia de la golpiza que recibió se deshizo su apéndice y colapsaron los riñones, hubo necesidad de dializarlo dos veces al día y luego una.
El diagnóstico médico emitido a fines de ese mes de febrero fue desalentador: era necesario un trasplante de riñón. La donadora fue su hermana mayor Fabiola y la intervención quirúrgica tuvo lugar el siete de octubre del 2013. Su organismo estuvo a punto de rechazarlo, debido a una fuga de líquidos.
El riñón trasplantado le funcionaba a un 70 por ciento, por lo que con frecuencia sufría infecciones y necesitaba internarse, siendo dado de alta hasta febrero del 2014. Regresó a laborar con gran entusiasmo y dedicación, pese a los riesgos que corría, inspirado en el ejemplo de trabajo que heredó de su padre, quien se entregó a la tarea encomendada en la Redacción hasta los últimos días de su vida.
Don Ángel Esparza falleció el 30 de septiembre de 1999 y todavía 15 días antes de morir coordinó las elecciones para gobernador de Coahuila en una jornada maratónica que dio inicio a temprana hora del domingo y concluyó hasta las cinco de la mañana del día siguiente, pues se movilizaron reporteros a diferentes partes del Estado para darle una amplia cobertura al proceso electoral. Don Ángel siempre estuvo "al pie del cañón''.
Desde pequeño Angelito se identificó como un seguidor apasionado del equipo América, disfrutaba a lo grande los títulos obtenidos por las Águilas y sufría cuando no volaban alto. En más de una ocasión perdió la cabellera por haberla apostado. El himno del América se escuchaba por la Redacción de El Siglo de Torreón cuando festejaba un triunfo americanista. Soportaba bromas y burlas que le hacían cuando perdía y se las cobraba cuando ganaban.
Se sentía orgulloso de ser americanista en una Comarca donde la mayor parte de los aficionados son seguidores del Santos Laguna. Era tal su devoción por el equipo de Coapa que partió a su última morada enfundado en el pants y la chamarra de las Águilas, ataviado con la bufanda amarilla y azul que utilizaba durante el invierno.
A sus honras fúnebres asistieron amigos y compañeros de trabajo, quienes mostraron su consternación por el deceso de Angelito, quien al igual que su padre era apreciado y serán siempre recordados. La misa de cuerpo presente fue oficiada por el sacerdote Guillermo Medina Arroyo, párroco de la iglesia de San Pedro Apóstol, quien también se encargó de administrarle los Santos Óleos.
Ahora Angelito se une a las filas de "El Siglo Celestial'' para acompañar a don Antonio de Juambelz y Bracho, a doña Olga de Juambelz y Horcasitas, a don Antonio Irazoqui de Juambelz, a don Jorge González de Juambelz, a doña Beatriz Ruiz viuda de González, a don Alfonso Esparza Hernández, al Lic. Miguel Ángel Ruelas Talamantes y a don Ángel Esparza Ramírez.
Se unirá también al equipo Celestial de reporteros, fotógrafos y personal de Redacción conformado por Alfredo Rivera Martínez, Juan Ramos Reyes, Rodrigo Caballero Contreras, Javier López Escobedo, Alfredo de Luna, César Marina Miravalle, Profr. Julián Calleros Aviña, don Joaquín Sánchez Matamoros, Mario Moreno Balderas, Antonio Rodríguez, Jesús Frausto Morales, Rodolfo Woessner y Ramón Sotomayor Woessner.
Angelito se nos ha adelantado en el viaje final al igual que los antes mencionados, para quienes elevamos una plegaria por su descanso eterno. Nunca los olvidaremos. ¡Descanse en paz Ángel Esparza Ochoa!
¡Hasta el próximo miércoles!
Sluisrosas@hotmail.com
