Reestructuración. Se trata de la segunda vez que Trump realiza cambios en los últimos 2 meses.
Frustrado con su problemática candidatura, Donald Trump ha puesto sus esperanzas presidenciales en una apuesta arriesgada: que el estilo despreocupado y el populismo ardoroso con el que ganó la nominación republicana le dé una mejor oportunidad de llegar a la Casa Blanca que unir a su partido y hacer campaña ante votantes moderados.
Trump subrayó el miércoles esa convicción con una reestructuración de personal en los niveles más altos de su oficina de campaña, la segunda vez que realiza cambios en los últimos dos meses. El candidato presidencial republicano eligió a Stephen Bannon -un combativo ejecutivo de medios conservador sin experiencia en campañas presidenciales- para que sea su director general de campaña.
La encuestadora Kellyanne Conway, quien conoce a Trump desde hace muchos años y ganó su confianza durante el breve lapso que trabajó con el empresario, será su gerente de campaña.
Los movimientos buscan en parte marginar al presidente de campaña Paul Manafort, un operador republicano de larga trayectoria que presionó a Trump para que moderara su tono y mejorara relaciones con funcionarios republicanos escépticos a su candidatura. Al romper con esa estrategia, parece que Trump está decidido a terminar la contienda en sus propios términos, gane o pierda.
Además, el trabajo previo de Manafort para un partido político ucraniano pro ruso se ha convertido en un potencial pasivo para Trump. Aunque Manafort conserva su cargo, los aliados de Trump dejaron en claro que Bannon estará supervisando operaciones y personal de campaña.
"Él cree que debe mantenerse fiel a lo que lo trajo hasta aquí", dijo David Bossie, líder de un Supercomité de Acción Política a favor de Trump. "Es esencialmente 'baila con quien ha estado ahí para ti''', agregó.
Rara vez las campañas presidenciales pasan por este nivel de turbulencia en este punto de la elección general. Los anuncios del miércoles ocurren a menos de tres meses de que Trump se mida con la candidata demócrata Hillary Clinton el día de elecciones, y aproximadamente seis semanas antes del inicio de las votaciones adelantadas.
Conway minimizó la noción de discrepancia interna en la oficina de campaña en la Torre Trump, y dijo que los cambios de personal son "una expansión en un momento crucial en la recta final".
RECIBE INFORME
Luego de la sacudida organizacional, Trump pasó el día en Nueva York rodeado de personal de alto rango, incluyendo las nuevas contrataciones. Convocó a una mesa redonda sobre seguridad a la que asistieron aliados, entre quienes estuvo el exalcalde de Nueva York, Rudy Giuliani, y posteriormente recibió su primera sesión informativa sobre seguridad nacional clasificada en la oficina de campo del FBI en el bajo Manhattan.
Se trata de reuniones que el Gobierno de EE.UU., a través de la Dirección Nacional de Inteligencia, organiza históricamente con los candidatos de los principales partidos para prepararlos en asuntos de seguridad en caso de que lleguen a la Casa Blanca.
La reunión se celebró en unas oficinas del Buró Federal de Investigaciones (FBI, en inglés) en Nueva York y duró unas dos horas, de acuerdo con los medios que presenciaron la entrada y salida del magnate inmobiliario. Al salir, Trump no hizo comentarios al respecto.
Horas antes del encuentro, Trump había sembrado dudas en una entrevista sobre su confianza en la inteligencia estadounidense.
"No (confío) mucho en las personas que hacen (inteligencia) para nuestro país. Mira lo que ha pasado en los últimos 10 años, ha sido catastrófico", dijo el polémico candidato.
Aventaja Clinton en tres estados clave
La candidata demócrata Hillary Clinton amplió su ventaja electoral sobre el republicano Donald Trump en los estados de Virginia, Colorado y sigue al frente en Iowa, todos ellos críticos, indicó ayer un sondeo de la Universidad Quinnipiac.
Los resultados se dieron a conocer después de que el republicano anunció incorporaciones a su equipo de campaña.
"Lo preocupante para los republicanos en los números de Virginia y Colorado es que muestran la posibilidad de una amplia victoria de Hillary Clinton, en estados que ocho años atrás se inclinaban del lado republicano", dijo Peter A. Brown, director asistente de la encuesta.
Ayuda clandestina
El jefe de campaña de Donald Trump, Paul Manafort, ayudó a un partido pro ruso de Ucrania a enviar clandestinamente por lo menos 2, 2 millones de dólares en pagos a dos firmas de cabildeo político de Washington en el 2012, y lo hizo de manera tal que ocultó los intentos de ese partido extranjero de influenciar la política estadounidense.
La revelación surge en momentos en que Donald Trump ha enfrentado duras críticas por su actitud amistosa hacia el presidente ruso Vladimir Putin. Además arroja luz sobre las prácticas de negocios de su jefe de campaña.