Cerca de cien internos del Centro de Readaptación Social de esta localidad, recluidos y procesados por diversos delitos, algunos tipificados como graves, participaron en la representación de la Pasión de Cristo, que se ha convertido en una tradición dentro del sistema preventivo estatal, pues cumple 43 años.
Se trata de internos que invirtieron meses enteros para su preparación, lo cual les representó todo un reto incluso espiritual, considerando algunas de las condenas que enfrentan por delitos como violación en grado de tentativa, robo de auto con violencia o robo a casa habitación con violencia que los llevó al estado de reclusión que hoy enfrentan. Sin embargo, y pese a los obstáculos que encontraron para montar el complejo libreto, los internos desarrollaron un conmovedor Vía Crucis ante el azoro de familiares.