Enojo. Varios internos realizan una huelga de hambre en el interior del penal de Irapuato en protesta por maltratos y cobro de cuotas para garantizar su seguridad, acusaron familiares.
Luego del intento de motín registrado en el Cereso de Irapuato durante la visita dominical, ayer lunes Mario Alonso Andrade, representante común de familiares de los presos, estimó que alrededor de cien internos se negaron a ingerir alimentos en el desayuno y durante la comida en protesta por la violación a sus derechos humanos y las vejaciones que enfrentan sus familiares en los días de visita.
Por su parte, visitadores de la Procuraduría Estatal de Derechos Humanos ingresaron al penal para recabar el testimonio de internos que presuntamente fueron golpeados en la tentativa de revuelta, pero se encontraron con la novedad de que diez reos habían sido enviados a otras prisiones.
"De persistir las violaciones a sus derechos se podría generalizar una 'huelga de hambre'. Sólo piden ser atendidos en su demanda de respeto en las revisiones de las mujeres que los visitan y que las dejan entrar con alimentos y productos de aseo personal", aseguró Alonso Andrade.
Además, un grupo de aproximadamente 20 mujeres, esposas, madres e hijas de internos, se presentó en la Subprocuraduría de los Derechos Humanos de esta ciudad para denunciar que en el penal son sometidas a revisiones indignas para acceder a la visitas.
Describieron que las desnudan, exigen que abran las piernas y que se agachen mientras por atrás son observadas por el personal de seguridad penitenciaria, quienes en casos les deslizan las manos por el cuerpo y hacen tocamientos denigrantes.
Derechos Humanos informó que inició el expediente de queja 151/2016-B a partir del presunto intento de motín, así como por el trato del que se quejan las mujeres, y requirió al director un informe sobre los hechos.
