En momentos en los que se aproxima la conmemoración del Día Mundial del Agua, resulta indispensable recordar que nuestros consumos de agua rebasan por mucho la disponibilidad natural del líquido vital. En producción de alimentos y bienes y servicios el consumo de agua rebasa los umbrales de ciclo hidrológico, el que además, está siendo tremendamente modificado por el calentamiento mundial de la atmósfera, ocasionando entre otras cosas una redistribución de la precipitación pluvial en el continente.
En el curso de Educación Ambiental que imparto en la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Autónoma de Coahuila, mis alumnos se sorprendieron cuando escucharon en una película que comúnmente utilizo para reforzar algunos temas del programa, que por cada kilogramo que se consume en países desarrollados como los Estados Unidos, se necesitan un poco más de 13, 000 litros de agua. Después de la sorpresa vinieron las preguntas, y para contestarlas les propuse que revisáramos el concepto de huella hídrica y que tratáramos de aplicarlo después de entenderlo a la situación particular de nuestra región.
Con el auxilio de cualquier buscador de Internet, podemos llegar a miles de documentos que explican el significado del concepto, pero el estudio clásico que marcó la pauta para entender no sólo el significado del concepto sino su aplicación a diferentes procesos productivos, es el de Hoekstra y Chapagain, holandeses que plasmaron el producto de su trabajo en la publicación: Huella hídrica de las naciones: Uso del agua por las personas en función de su patrón de consumo (Water footprints of nations: Water use by people as a function of their consumption pattern).
En dicho estudio, la huella hídrica se muestra como el uso extensivo del agua en relación con el consumo de las personas, y es definida a nivel de país como "el volumen de agua necesario para la producción de los bienes y servicios consumidos por los habitantes del país." Debido a la globalización, los autores distinguen entre la huella hídrica interna que es el volumen de agua usada de los recursos hídricos nacionales, de la huella hídrica externa, es decir, el volumen de agua que se utiliza en otros países para producir bienes y servicios importados y consumidos por los habitantes del país.
Los investigadores señalan cuatro factores directos más importantes que explican huellas altas de agua: "Un primer factor es el volumen total del consumo, que generalmente se relaciona con el ingreso nacional bruto de un país. Esto explica en parte las altas huellas hídricas de, por ejemplo, los EU, Italia y Suiza. Un segundo factor detrás de una alta huella hídrica puede ser que las personas tienen un patrón de consumo intensivo del agua. Particularmente alto consumo de carne contribuye significativamente a una alta huella hídrica. Este factor explica parcialmente las altas huellas hídricas de países como los EU, Canadá, Francia, España, Portugal, Italia y Grecia. El consumo medio de carne en los Estados Unidos es, por ejemplo, de 120 kg / año, más de tres veces el consumo de carne de la media mundial. Junto al consumo de carne, el alto consumo de bienes industriales contribuye de manera significativa a las huellas totales de agua de los países ricos.
El tercer factor es el clima. En regiones con una alta evaporación las necesidades de agua por unidad de producción de cultivos son relativamente grandes. Este factor explica parcialmente los altos consumos de agua en países como Senegal, Malí, Sudán, Chad, Nigeria y Siria. Un cuarto factor que puede explicar huellas alta de agua es una práctica agrícola ineficiente del agua, lo que significa que la productividad del agua en términos de producción por unidad de agua es relativamente baja. Este factor explica en parte las altas huellas hídricas de países como Tailandia, Camboya, Turkmenistán, Sudán, Malí y Nigeria. En Tailandia, por ejemplo, la producción de arroz promedio de 2,5 toneladas por hectárea en el período 1997-2001, mientras que el promedio mundial en el mismo período fue de 3,9 toneladas por hectárea.
Si continuamos reflexionando con base a la definición de huella hídrica de Hoekstra y Chapagain y los ejemplos expuestos, quizá podríamos elaborar un ejercicio sobre nuestra región considerando los patrones productivos vigentes y nos daríamos cuenta de la situación que prevalece en ella, algo que haremos en nuestra siguiente colaboración.