Sin resultados. Familiares de los cinco desaparecidos de Tierra Blanca ven nula la actuación de las autoridades.
La búsqueda de los cinco jóvenes que desaparecieron en Tierra Blanca, Veracruz, se convirtió en una réplica de la operación de la Policía Federal para localizar a los 43 normalistas de Ayotzinapa en Iguala, Guerrero.
Durante dos meses, la División de Gendarmería utilizó, en Iguala y Cocula, caballos, motocicletas todoterreno, lanchas, buzos y aviones no tripulados para hallar indicios que llevaran a la ubicación de los estudiantes.
Sin embargo, la búsqueda de los federales destapó el hallazgo de fosas clandestinas con 47 osamentas, de acuerdo con una solicitud de información, pero sin resultados concretos del paradero de los 43 normalistas.
En Tierra Blanca, los federales arribaron desde el 26 de enero y, de acuerdo con los familiares, a la fecha no cuentan con ninguna pista de los cinco jóvenes sustraídos por policías y entregados a un grupo delincuencial.
Tras la visita de Roberto Campa, subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, el miércoles a Tierra Blanca, familiares revelaron que las autoridades prometieron resultados en ocho días.
Ante el funcionario se quejaron de la pasividad de las autoridades estatales para investigar los hechos que derivaron en la desaparición de los cinco jóvenes y en la localización de éstos.
En este contexto y bajo la coordinación de Manelich Castilla, jefe de la Gendarmería --el mismo mando que encabezó la búsqueda en Iguala y Cocula-- se extendió la búsqueda federal para hallar pistas de los cinco ausentes.
Ayer se llevó cabo una misa especial en Tierra Blanca oficiada por el obispo de Veracruz, Felipe Gallardo, para pedir por el pronto regreso de Susana Tapia, José Benítez, Bernardo Benítez, Mario Arturo Orozco y Alfredo González.
Paradero
Los padres exigen saber donde están sus hijos secuestrados.
⇒ Los cinco jóvenes fueron interceptados por un grupo de policías, entre ellos el delegado de la SSP de Veracruz, Marcos Conde.
⇒ Según a Fiscalía a los padres de los cinco jóvenes está acreditado que fueron entregados a una célula del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG).