(Segunda parte)
En el mismo Columbario, se encuentra otra bellísima escultura conocida como La Viuda, misma que fue donada por la señora Julieta García Vda. de Soria, quien me narró la siguiente historia: "Soy originaria de Sierra Mojada, Coah., lugar a donde llegó mi padre, don Leopoldo García Leal, a principios del siglo XX, procedente de Cadereyta, N.L., instalando en dicho lugar una casa de empeño; es ahí donde tiempo después contrae nupcias con la señorita Ma. de Jesús Garza, con quien procreó cuatro hijos: Clotilde, Ma. Luisa, Julieta y un niño que falleció pocos meses después y del cual no recuerdo su nombre...".
En 1911, la Familia García Garza se vino a radicar a Torreón, en donde don Leopoldo estableció también una casa de empeño; es aquí donde años después nació su quinto hijo, una niña que falleció pocos meses después.
El 20 de junio de 1929, don Leopoldo fallece a consecuencia de un accidente automovilístico a la edad de 56 años, siendo inhumado en el Panteón Municipal. Un año después, su viuda decidió construir un mausoleo familiar y colocar en él una gran escultura, por lo que solicitó los servicios de una negociación de la ciudad de Monterrey, quien representaba a la familia de escultores D'Caninni, originarios de Génova, Italia.
Un representante de este grupo se trasladó a esta ciudad para entrevistarse con la viuda de don Leopoldo, trayendo consigo un catálogo con fotografías de múltiples obras por ellos realizados, escogiendo doña Ma. de Jesús la escultura de una bella y joven mujer, arrodillada, la cual muestra en su rostro una gran tristeza, quizá recordando la ausencia del ser amado.
Después de realizar el contrato de compra-venta, el mismo representante de los D'Caninni orientó a la Familia García Garza para la construcción del mausoleo, en el cual se colocaría la escultura solicitada, misma que según los planos quedó a cargo del contratista, el señor Felipe Ramírez, quien al parecer fue el que se encargó de la construcción del Casino de La Laguna.
De acuerdo al plano elaborado, el señor Ramírez construyó en un terreno de 4x4 metros cuadrados, una cripta subterránea con nueve gavetas, cuatro de cada lado y una en el centro, en la cual se depositaron los restos del señor García Leal; a la cripta subterránea, se llegaba a través de una escalinata, misma que fue cubierta de fino mármol traído de Italia junto con la escultura, y sobre la tumba de don Leopoldo se construyó un altar religioso.
Un año después, llegó procedente del viejo continente la hermosa escultura de mármol blanco y los mismos representantes en Monterrey de los D'Canini se encargaron de venir a esta ciudad para entregarla y colocarle en el lugar preconcebido.
A través de los años, las demás gavetas fueron ocupándose con los restos de los dos pequeños hijos del matrimonio García Garza y posteriormente por la señora Ma. de Jesús Garza Vda. de García, quien falleció en 1963, posteriormente por el señor Antonio Soria, esposo de doña Julieta, y más tarde por varios descendientes de don Leopoldo y doña María de Jesús.
Con el devenir de varias décadas, la cripta subterránea fue sufriendo mucho deterioro, no así la hermosa escultura, la cual a pesar de las inclemencias del tiempo se seguía manteniendo hermosa como el día en que arribó procedente de lejanas tierras a esta ciudad.
En 1993, doña Julieta decidió exhumar los restos de todos sus familiares, cremarlos y depositar sus cenizas en una cripta adquirida en el Columbario de San José; así mismo, decidió obsequiar la monumental escultura para que fuera colocada en ese mismo recinto. La bella escultura fue recibida por el S.J. David Hernández, quien posteriormente agradeció a doña Julieta por medio de una misiva tan monumental obsequio.