Recorrer el Panteón Municipal de Cd. Lerdo, Dgo., es volver a los primeros años del pasado Siglo XX, cuando la aristocracia lagunera se concentraba en Ciudad Jardín y los apellidos de alcurnia eran grabados en finas canteras, mármol de Carrara y adornados con hermosas esculturas angelicales, para acompañarlos en su eterno descanso.
La entrada sur del cementerio es como la puerta a un pasado de opulencia que nos transporta al estado original de las elegantes lápidas hoy derruidas por el paso del tiempo, de esas tumbas que ya nadie visita.
Recorrer el pasillo sur del panteón es como visitar un museo en el cual las obras de arte están expuestas a la intemperie y por lo tanto dañadas, lo cual no les resta belleza.
Las tumbas, se puede observar, van desde guirnaldas hasta escudos patronímicos, columnas e infinidad de motivos religiosos, entre los cuales destacan las cruces y los ángeles que datan del Siglo XIX, incluso antes, y que no pierden su majestuosidad.
En este lugar, se pueden encontrar los materiales de construcción propios de hace poco más de cien años y aun antes, auténtico mármol de Carrara, Italia, cantera preciosamente tallada, pero también algunos que son totalmente inusuales, como la placa de material fosilizado que ahí mismo se puede admirar...".
Dentro de los muchos mausoleos que encontramos por esta sección sur del panteón de Lerdo, destaca la figura de una bella escultura conocida por "El Ángel del Amor", que lamentablemente cada vez que la visitamos la encontramos en deprorables condiciones; afortunadamente, y así lo hemos constatado observándola por todos sus ángulos, no ha sido mutilada, sin embargo, no queda un solo espacio en todas sus dimensiones que no haya sido objeto de cientos y cientos de mensajes escritos, según se dice, por sus muchos admiradores, que quieren dejar huella de su visita a esta escultura.
Su historia es bien conocida…
