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Saque de Banda

TIEMPOS MODERNOS

René de la Torre

Cuando todo mundo esperaba notas que hagan diferencia, sobreviene lo que uno ya no espera, a fuerza de ser sorprendido en cada día por detalles que marcan nuestros tiempos, que destruyen las bien iluminadas ilusiones del pueblo y las reducen a cenizas los protagónicos del gran circo mexicano.

Se esperaba que se fuera Osorio y quien se va es Beltrones.

Creíamos morir de vergüenza por siete goles y quien muere es Chayito Valdez. Pensábamos haberlo visto todo y de repente aparece Omar Mateen. Queremos ver el gran futbol europeo y topamos con que franceses e ingleses no pueden hacer un miserable gol.

Deseábamos tener figuras otra vez en nuestro Santos y vienen chicos que no tienen historia, aunque sí muchos deseos de forjarla de verdiblancos. Total que no encuentra uno de donde asirse para que no se le escapen las esperanzas, ésas que de pronto se sublevan y quieren huir de nosotros.

Veíamos en el Dr. Villegas al salvador de Durango, con su discurso estimulante y encontramos que Mr. Aispuro lo superó por completo en una votación que está fermentada en el hartazgo de la gente, en la necesidad del cambio, en la urgencia de nuevas fórmulas que fomenten la superación total.

Pensábamos que Dunga manejaba con hilos de oro e iba consiguiendo que su pueblo le apoyara en una nueva era, en una etapa donde ya no se tienen los figurones que antes pero está visto que de ilusiones no se tapiza un país y por ello se tiene que marchar y dejar su sitio a Tite.

¿Es que se van de a poco las ganas de creer en algo?

A veces hasta en los mejores equipos, da la impresión de que los grandes han perdido el amor por la pelota. Por eso uno se detiene ante el vértigo de acontecimientos y noticias cuando ve la claridad y visión de Iniesta, que es un mago de la cancha, de ésos que parecen jugar ajedrez sin tablero, de ésos ya muy escasos cracks verdaderos que se acomodan mejor cuando la exigencia los acosa, cuando los mastines rivales le buscan más las piernas que la pelota. Con él, España vive a la sombra de un nuevo sueño y nos muestra que el futbol es un juego infinito, donde los predestinados a ser ídolos tienen siempre miradas vírgenes sobre realidades nuevas.

Alejandro Tovar

Arcadiotm@hotmail.com

Si usted es fan de Game Of Thrones sabe que la sede del poder de los Siete Reinos recae sobre el "Trono de Hierro", una silla alojada al fondo de un gran salón sobre una plataforma elevada y que se caracteriza por ser fría, dura y tener muchos bordes afilados al estar hecha de espadas unidas entre sí.

A pesar del poder que representa llegar al Trono de Hierro, sentarse sobre él suele ser bastante incómodo para el Rey en turno, no sólo por el material del que está elaborado sino porque ningún personaje de la novela que ha ocupado el cargo ha salido bien librado de él.

Caso similar ocurre con el banquillo de la Selección Nacional, ya que en los últimos años ningún director técnico que se haya hecho cargo del Tri ha logrado salir ileso del puesto. Ni el Chepo de la Torre a pesar de la medalla de oro conseguida durante su etapa, ni Sven Goran Eriksson, ni Víctor Manuel Vucetich que sólo dirigió 2 partidos y mucho menos El Piojo Herrera, que ya todos sabemos cómo terminó la historia.

Incluso, aunque uno podría suponer que ser el elegido para dirigir a la Selección Nacional debe ser tomado como un halago y/o un honor, quienes han sido considerados para tomar el timón, mejor se desmarcaron como elegibles; tales fueron los casos de Pedro Caixinha y Gustavo Matosas. Pero parece que no nada más en México saben de los alcances sangrientos que puede tener el Trono de Hierro del Tri, cuando el nombre de Marcelo Bielsa comenzó a sonar para entrarle al quite, y el rumor cobró fuerza luego de que el Loco renunciara a su cargo en el Olympique de Marsella, al llegar a su natal Argentina, Bielsa aclaró que no tenía interés, que "ahorita no, gracias". Ni tan loco.

Sampaoli también agradeció el ser tomado en cuenta pero declinó la oferta y finalmente fue Juan Carlos Osorio el valiente que se animó. El colombiano inició su andar al frente del Tri en octubre acompañado de su libreta, sus métodos y su preparación académica. A pesar de que los resultados lo respaldaron durante varios meses, su labor ha sido duramente criticada por el cambio constante en alineaciones y estilo de juego que varía conforme al rival en turno. Método que no alcanzan a entender los "románticos" del juego.

Ahora que bajo su mando se registró la peor goleada recibida en la historia de la Selección Nacional, las críticas han arreciado y de seguir en "Trono de Hierro", Osorio comenzará a sentir la incomodidad y los bordes afilados del banquillo, incluso ya hay quienes como Tomás Boy lo califican de ser "un fraude". Bueno, pues yo prefiero a un tipo preparado y pensante al frente, que a un verdadero fraude y sin educación como Boy.

Delatorremarquez@gmail.com

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