Cerca de Groenlandia, en una pequeña isla al norte de Europa donde el invierno es duro se ubica Islandia, considerado uno de los países más desarrollados del mundo y que tiene más volcanes (130) que jugadores profesionales de futbol (120).
El dato resulta entendible tomando en cuenta que tiene una población de 331,000 habitantes, casi la misma cantidad de personas que viven sólo en Gómez Palacio (327.985, INEGI 2010).
Su selección nacional, consiguió un logro histórico: calificar por primera vez a la Eurocopa para sacarle el empate al Portugal de Cristiano Ronaldo, igualar con Hungría, derrotar a Austria y avanzar a la siguiente ronda del torneo sólo para dar cuenta de los inventores del juego. Los dirigidos por un dentista dejaron boquiabiertos a los ingleses que no podían creer que su equipo le decía adiós a Europa dos veces en una misma semana.
Los islandeses se plantaron sin complejos ante un histórico cuadro inglés para cumplir así la leyenda nórdica de Ragnar Lodbrock, el rey vikingo que quiso conquistar Northumbria y al caer juró que sus hijos lo vengarían. En la siguiente ronda, los franceses se desquitaron de aquel asalto a París que el mismo legendario vikingo llevó a cabo en el 845 d.C.
Islandia se ganó la simpatía de los aficionados alrededor del mundo por su actuación en la cancha y habrá que agradecerles por permitirnos subirnos a su barco. Y no a cualquier barco, a uno vikingo. Cumplió el sueño de muchos.
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