¿Quién no recuerda aquella época de la temporada 93-94? En el país se vivía una época difícil, pues el país atravesaba una crisis económica que evidentemente no eximió a la Comarca Lagunera, además de diversas situaciones de índole político que generaban un ambiente de tensión en aquellas épocas electorales, las cuales no hemos de profundizar en este texto.
En ese tiempo, La Laguna vivía una especie de auge "maquilero", pues muchas empresas textiles llegaron a nuestra región para dar empleo a miles de laguneros. Fue en esa época difícil cuando Grupo Modelo decidió adquirir la franquicia albiverde, haciendo grandes contrataciones y poniendo en los primeros planos del futbol mexicano el nombre de Santos y en el plano nacional a nuestra región. Antonio "El Turco" Apud, Héctor "El Ruso" Adomaitis, Ramón Ramírez, Daniel Guzmán, Lupe Rubio, Pedro Muñoz, Richard Zambrano eran algunos de los jugadores que conformaban aquel primer gran plantel de los Guerreros.
Debido a los buenos resultados que el equipo tenía, éste se fue arraigando a la afición lagunera, que encontraba en el estadio el desahogo a los problemas de la vida diaria, dando una bocanada de aire fresco ante el difícil panorama económico nacional de aquella época y fue así que este plantel llegó a ser conocido como el "Súper Santos" desatando por primera vez la "Santosmanía" entre la población lagunera.
Santos Laguna consiguió su primer subcampeonato de la historia, perdiendo aquella final ante los Tecos. Dos años después, con la llegada de Benjamín Galindo, Jared Borgetti -hoy máximo exponente santista-, Gabriel Caballero y algunos otros refuerzos, se consiguió el primer campeonato en la naciente historia de los Guerreros.
Tiempo después, en el año 2000, llegaron al equipo jugadores de la talla de Rodrigo "Pony" Ruiz y Luis Romero, en aquel torneo de verano, los Guerreros acumularon solamente dos derrotas, terminaron segundos en la clasificación desatando la euforia de la afición lagunera, que salió y tomó las calles de las 3 ciudades para vitorear al equipo, en una época en la que la transición del poder ejecutivo y el levantamiento armado del EZLN al sur del país sembraba un ambiente denso en la República.
Aquel torneo culminó con la obtención del segundo subcampeonato al perder la final por goleada ante Toluca. Sin embargo, un año después, un Santos motivado arrasó con la liga, siendo el equipo con más goles anotados en todo el torneo de la mano (o cabeza, mejor dicho) de Jared Borgetti convertido en el mejor delantero del país, alzó la segunda copa de Campeón. Logrando así, conseguir más adeptos al equipo y desatando por segunda ocasión la euforia albiverde en la región.
La parte más difícil de esta historia, llega cuando en 2004, la cervecería decide vender los derechos del equipo a Carlos Ahumada, empresario argentino que se vio inmiscuido en problemas legales justo en la importante época histórica en la que Santos participaba en la Copa Libertadores, la incertidumbre reinaba en la región, pues ni directivos, ni jugadores y mucho menos los aficionados sabían a ciencia cierta el destino que le depararía al equipo y en un intento por calmar las aguas, Alberto Canedo, al medio tiempo del partido entre Santos Laguna y River Plate, salió a dar un mensaje a la tribuna, anunciando la construcción de un nuevo estadio para Santos.
Tiempo después, los bienes de Ahumada, incluido el equipo, fueron asegurados por la Secretaría de Hacienda, fue en ese momento, en que al existir la posibilidad de que Santos desapareciera, la afición unió voluntades y en conjunto con empresarios de la región, miles de laguneros salieron una vez más a la calle a defender la existencia del club.
Al término de esa temporada jugadores como Borgetti, Sixto Peralta, Joahan Rodríguez, Lucchetti debieron abandonar el club debido al bajo presupuesto con que se contaba ahora para conformar un plantel, por lo que los malos resultados comenzaron a aparecer y a la postre generaron un problema de cociente que llevó a los Guerreros de los primeros planos a pelear en la lucha por evitar el descenso.
A finales del 2006, el Gobierno Federal entrante decidió comenzar acciones en contra del crimen organizado, desatando una ola de violencia en todo el país, especialmente en la región, por lo que La Laguna comenzó a vivir momentos realmente difíciles de digerir para los habitantes de esta parte del norte del país.
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