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RENÉ DE LA TORRE

"Jugaremos el partido como si fuera de vida o muerte", suelen declarar los pateabalones en los días previos al duelo del fin de semana. Sobretodo si de ese resultado depende la calificación a la liguilla. Dicho enunciado se ha vuelto un comentario obligado por los expertos en sus espacios deportivos al analizar la previa de un encuentro de trascendencia. Ganar o morir.

El origen de este popular dicho del argot futbolero se remonta a la ocupación nazi en Ucrania durante la Segunda Guerra Mundial en 1942. Iosif Kordik, ucraniano de origen teutón, era dueño de una panadería en el corazón de Kiev. Apasionado del futbol y por supuesto hincha del equipo de la ciudad, el Dynamo.

El Dynamo de Kiev fue fundado por la policía secreta de Ucrania, por lo que al comenzar la guerra sus jugadores debieron enlistarse en el ejército y salir a combatir. Sin embargo la Armada Ucraniana pronto fue derrotada por los nazis y los prisioneros fueron remitidos a campos de concentración. El ex-arquero del Dynamo, Mykola Trusevich, consiguió escapar y huyó de regreso a Kiev.

Vagando por las calles de la ciudad, que había sido sitiada por alemanes, se encontró con Kordik que lo reconoció y de inmediato le ofreció empleo y refugio en su panadería. Ambos compartieron largas pláticas de futbol y pronto surgió la idea de formar un equipo. Se dieron a la tarea de buscar a antiguos jugadores del Dynamo y otros equipos de la liga ucraniana que se quisieran sumar. Makar Goncharenko fue el primero en unirse. Luego se incorporarían ex-futbolistas del Lokomotiv de Moscú, y así nació el FC Start.

Para esas fechas se había formado -con permiso de los nazis- una liga en Kiev, por lo que el FC Start fue inscrito en la competencia. Los alemanes avalaron el ingreso del club pues al ser el supuesto equipo de los panaderos generaba atracción el verlos jugar.

En su primer duelo vencieron a la Guarnición Húngara 6-2. Golearon 11-0 a la oncena de la Guarnición Rumana. Los trabajadores del Ferrocarril Militar cayeron 9-1 ante el Start y los panaderos continuaron acumulando victorias. Conscientes de que las sonadas victorias del equipo podrían inspirar a la doblegada sociedad ucraniana, los nazis decidieron reforzar al Flakelf con ex-jugadores profesionales y miembros de la fuerza aérea para poder vencer al Start. Flakelf cayó 5-1.

Desconcertados por la derrota, los nazis decidieron investigar y descubrieron que los miembros del Start habían sido profesionales y tomaron la decisión de acabar con ellos pero en la cancha, pues sabían que capturarlos o fusilarlos sería convertirlos en mártires o en héroes.

El Flakelf pidió la revancha y el encuentro se llevó a cabo el 9 de agosto en el estadio Zenit. Antes del arranque del juego, oficiales de la SS entraron al vestidor del Start y amenazaron de muerte a sus jugadores. Un militar fungió como árbitro del duelo.

En el campo, el silbante permitió entradas arteras sobre el Start. Trusevich recibió un golpe y quedó tendido sobre la cancha, situación que fue aprovechada por el Flakelf para adelantarse en el marcador. Pese a los leñazos, hachazos y a tener al árbitro en contra, el Start terminó el primer tiempo ganando 3-1.

Al mediotiempo, un oficial de la SS regresó al vestuario de los panaderos y les recordó que ganar significaría su muerte. "Es mejor ganar que vivir", dijo Trusevich a sus compañeros.

Durante el segundo tiempo ambos equipos marcaron 2 goles. Con la pizarra 5-3 a favor de los panaderos y con el tiempo encima, el defensor Aleksey Klimenko tomó el balón, se fue quitando uno a uno a los contrarios, al llegar al área eludió al cancerbero y con la portería sola, dio media vuelta y pateó el balón al centro del campo, humillando al Flakelf. El árbitro terminó el partido en ese momento.

Semanas después, la Gestapo detuvo uno a uno a los jugadores del FC Start acusándolos de haber pertenecido a la policía soviética. Fueron encarcelados, torturados y fusilados. Trusevich pidió ser ejecutado con su jersey de portero. Goncharenko logró escapar.

Al final, el Start levantó la moral de una ciudad sitiada y por ello, hoy en el Estadio Olímpico de Kiev, se encuentra una escultura de piedra que honra a quienes sí jugaron un partido de vida o muerte.

Delatorremarquez@gmail.com

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