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Saque de Banda

RENÉ DE LA TORRE

¿Alguien recuerda al Santos de hace 9-10 años? Sí, sí, ése que era dirigido por Graniolatti, que tenía como directivo al Tato Noriega y en la cancha alineaban Eliomar Marcón, Paco Torres, Gabriel De Anda. Ése que tenía al Lorito y a Oribe en muy malos momentos y que estuvo a punto de descender. ¿Qué tiene de diferente al Santos del 2015? La actitud.

Es cierto que aquél era un plantel bastante limitado, que para conseguir un mísero punto debían casi casi hasta sudar sangre y por consiguiente el descenso parecía algo inevitable. Bueno, más que tristeza daba hasta ternura verlos saltar a la cancha a tratar de defender su cancha y afición. Pero ese Santos del 2006 tenía algo que por lo menos parece que a este Santos le falta: vergüenza deportiva.

Y es que pasó casi un mes desde aquella noche en que el plantel albiverde salió "a dar la cara" a la afición ante el mal momento y las cosas siguen igual. Esa noche Carlos Izquierdoz envuelto en lágrimas aseguró que se iban a matar en el campo y parece que a sus compañeros les entró por un oído y les salió por el otro el discurso de su capitán.

La indiferencia que la mayor parte de los jugadores muestran es pasivamente agresiva. En redes sociales cuenta un aficionado que se encontró con Ulises Dávila y de buena manera -según dice- le hizo saber que estaban quedando a deber dentro del campo, a lo que el futbolista respondió de manera irónica que para eso tenían entrenador. ¿Habrá sido cierto? Quién sabe, pero para como están las cosas…

Yo recuerdo al Lorito Jiménez caminar cabizbajo al vestidor con los ojos llorosos por no poder conseguir una victoria y al tan criticado Eliomar Marcón apretar los dientes mirando al cielo muriendo de vergüenza por no poder marcar un gol. ¿Alguien ha visto a Dávila hacer de perdido eso cuando tiene minutos? Por supuesto que no.

A este Santos le hace falta sangre en las venas, alguien que grite dentro del campo y saque del letargo a sus compañeros, un Oswaldo Sánchez, un Jared, alguien como el Chato. A Santos le falta un referente. Marchesín podría serlo pero parece que no quiere, y Cali parece que no quiere que sus palabras se las lleve el viento, ha cambiado las lágrimas por pundonor y eso se agradece.

"Verdiblanca es nuestra piel y la playera, el que no la sude lo queremos fuera", dice un verso del himno albiverde. Teniendo en cuenta este enunciado, parece que se tendrían que ir la mayoría. Por lo pronto, a esperar cambios en diciembre.

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