Dictadores, capos de la mafia, narcotraficantes y demás personas poco ejemplares han utilizado al futbol como un medio para compensar sus malas acciones. Basta recordar que en las décadas de los 80 y 90 el balompié colombiano vivió una injerencia total del narco.
El Atlético Nacional de Medellín era un club modesto con sólo 4 títulos de liga hasta que en 1987, Pablo Escobar, uno de los más grandes narcotraficantes de la historia apareció para convertir al equipo de sus amores en el más poderoso de Colombia. En 1989, Nacional dedicó el título de la Copa Libertadores al "Patrón".
Escobar se dejaba ver apadrinando equipos e inaugurando ligas juveniles mientras la gente se deshacía en aplausos para él. Con el futbol como estandarte, el Patrón ayudaba a los jóvenes a alejarse del mundo de las drogas que él mismo controlaba y gracias a la creación de canchas y cursos de formación, surgieron varias de las estrellas del futbol colombiano como Andrés Escobar, Leonel Álvarez y Alexis García.
El capo del Cártel de Medellín gastó una fortuna para comprar a los mejores jugadores colombianos y extranjeros que convirtieron a "Los Verdolagas" en "El Rey De Copas" y también invirtió su dinero en el otro equipo de la ciudad, el Independiente, mas no fue el único maleante que utilizó al juego para proyectar una imagen de hombre recto.
Los también narcotraficantes Miguel Rodríguez y Gonzalo Rodríguez Gacha "El Mexicano", eran dueños del América de Cali y del Millonarios de Bogotá, respectivamente. Los de Cali, principales enemigos del Zar de la Cocaína conquistaron el título cafetalero por 5 años consecutivos, de 1982 a 1987, pero no pudieron alzar la Libertadores.
Tras la muerte del Patrón en 1993 la violencia se apoderó de Medellín, pero para ese entonces el narco y el futbol estaban ya unidos por lazos irrompibles. Mientras el Gobierno de Colombia trataba de limpiar la imagen de un país marcado por el narcoterrorismo, La Tricolor se perfilaba como una de las escuadras favoritas para ganar el mundial de Estados Unidos '94. Golearon 5-0 a Argentina en Buenos Aires y arrasaron las eliminatorias sudamericanas.
Pero en su debut en la justa mundialista cayeron 3-1 ante Rumania y un desafortunado autogol de Andrés Escobar ante Estados Unidos en el segundo partido los dejó fuera de la competencia en la primera ronda.
Diez días después de regresar a Colombia, Andrés Escobar fue asesinado a tiros al salir de un bar en Medellín. Más de cien mil personas acudieron a su funeral. A raíz de eso varios futbolistas cafetaleros pusieron fin a sus carreras y la gente se alejó de los estadios.
El tema no es ajeno al futbol mexicano, donde incluso se comprobaron 2 casos en Primera División. La DEA y el Gobierno Federal investigaron a los clubes Irapuato y Querétaro en 2004 por lavado de dinero, es decir, tener plata del narco en sus arcas.
La FMF ofreció una fuerte suma de dinero a los propietarios de ambas instituciones para vender sus franquicias, desaparecer del torneo y declarar agentes libres a sus jugadores. Los Freseros aceptaron de inmediato la oferta. Los dueños de los Gallos Blancos amagaron con acudir a instancias legales pero finalmente agacharon la cabeza. En aquel entonces, la FMF argumentó que la desaparición de ambas franquicias se debió a una reducción de equipos para evitar saturar el calendario.
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