(Especial)
Al fin viernes y la actividad deportiva no para, aunque esta vez haré un espacio en esta columna para destacar a un tremendo deportista que partió a mejor vida el fin de semana pasado.
El medio deportivo de La Laguna está de luto por la pérdida de Francisco García Rivera, lagunero de alto rendimiento en ciclismo de montaña que participó en competencias tanto en la región como en estados vecinos. Formó parte del equipo Alicantes, quienes han perdido un compañero y amigo.
Se le iluminaba su cara de emoción al platicar de sus recorridos y sus logros en las muchas competencias en las que participó y triunfó. Le encantaba la bici, montarse en ella los fines de semana y recorrer los senderos que dominaba a la perfección porque era un ciclista de primera línea, un profesional.
El domingo pasado tomó un sendero que ya había recorrido en muchas ocasiones, por años, aunque hizo una pausa en volver debido a que desde finales de 2015 se avocó a entrenar y prepararse para el Maratón Lala. Sin embargo, recientemente cavaron un corte en esa brecha que antes había recorrido sin problema, la falta de señales adecuadas de precaución por el cierre de esa ruta terminó con su rodada para siempre. Aquí no se trata de juzgar, pero tomar medidas de prevención hubiera servido de mucho.
Su pasión lo llevaba a cada competencia del serial Laguna MTB, recién el 10 de abril compitió en la carrera Fruit Loops, donde quedó en séptimo lugar de su categoría. Además, Francisco participó en el Maratón Lala a principios del pasado mes de marzo tras prepararse por cuatro meses, para palomearlo en su lista de logros.
Tantos retos alcanzados, carreras de 5 y 10 K, rutas en bici, rodar la Durango-Mazatlán. Fue tremendo y extraordinario ciclista, pero estoy seguro y los que lo conocen no me dejarán mentir, fue mucho mejor persona. Un excelente padre, esposo, amigo, hermano e hijo, un líder que dirigió exitosamente, un maestro de vida, en el trato a sus semejantes y en vivir la vida al máximo.
Tampoco se olvida que fue muy buen jugador de basquetbol, sus aficiones por el FC Barcelona, por su Santos Laguna, acudiendo a apoyarlos en cada partido con su abono en el Corona, pero más su amorío con los Steelers. Compartimos este gran amor que fue la NFL, muchas pláticas sobre ese bello deporte y sufrir cada postemporada, más él que yo, porque yo soy de los Cowboys y para mí siempre la temporada terminaba antes, pero él vivía con los colores amarillo y negro de Pittsburgh. Sin duda voy a extrañar esas charlas sobre juegos o hechos importantes del emparrillado.
Fuiste un gran deportista, te lo reconozco, pero más allá de eso para mí fuiste un hombre ejemplar en toda la extensión de la palabra, que quedará grabado en mi mente y corazón. Trabajaré cada día para llegar a tener esa calidad humana que te reconoció. Me quedo con tus felicitaciones por mis columnas, como la de Manning y la de Borgetti, y tu aliento para luchar por mis sueños, "Si lo puedes soñar, lo puedes lograr". Te conocí de toda mi vida y me queda claro que te ganaste el cielo muy rápido, en tan sólo 47 años. Descansa en paz Tantis, Francis, Paco. Se te extraña.
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