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Se asfixia la CDMX

Actitudes

JOSÉ SANTIAGO HEALY

La soberbia y la obstinación están matando a los chilangos y a buena parte de los mexicanos que viven en el centro del país.

Desde hace por lo menos cincuenta años la Ciudad de México -antes Distrito Federal-padece serios problemas de contaminación.

Vivimos en la urbe azteca de 1974 a 1982 -hace ya cuarenta años-y recordamos como si fuera ayer el enorme malestar que provocaba transitar por la ciudad en las horas pico.

Ojos llorosos, náuseas, estornudos, alergias y fatiga eran sólo algunos de los efectos de la nube negra que casi a diario se posaba sobre el Valle de México y que no desaparecía hasta entrada la noche y cuando el tráfico cedía.

Entonces se comenzaron a tomar acciones, desde aplicar fuertes multas a las empresas contaminantes hasta motivar la descentralización de México.

Algunas medidas resultaron exitosas, en especial el control y vigilancia de las industrias que día a día lanzaban toneladas de oscuros y tóxicos desperdicios sobre la zona, pero otras no lograron los resultados esperados.

La época más contaminada es en invierno y luego los meses de marzo, abril y mayo, antes de la llegada de las lluvias, cuando escasas corrientes de aire surcan la atmósfera al tiempo que el calor sofoca a la pavimentada metrópoli.

A finales de 1989 -cuando Manuel Camacho Solís gobernaba el Distrito Federal-se inventó el programa Hoy No Circula que ha logrado convivir a duras penas con la corrupción, el influyentismo y la arrogancia de los chilangos poderosos que son muchos y algunos muy pesados.

En el fondo a los capitalinos no les gusta someterse a las leyes, tampoco desean salirse de su ciudad mientras que la autoridad no ha tenido la fuerza ni la determinación para aplicar un programa serio, consistente y de largo plazo para desconcentrar el Valle de México.

La mayoría de las grandes ciudades del mundo están cerca de la costa o al menos de ríos que facilitan la comunicación, la entrada y salida de víveres y productos, pero que además se defienden mejor de la contaminación ambiental.

Ahí están Nueva York, Londres, París, Tokio y Beijing, situadas cerca del mar y en donde se aplican reglamentos severos e intransigentes para preservar la calidad del aire y en general del medio ambiente.

En México el programa Hoy No Circula es en realidad una aspirina para un problema de contaminación crónico y por demás complejo.

La zona metropolitana concentra a más de veinte millones de habitantes en una región localizada a más de dos mil metros de altura y rodeada de montañas que no permiten un flujo abierto y constante de vientos.

En alguna ocasión el ingeniero Heberto Castillo (1928-1997) propuso colocar ventiladores gigantes en puntos estratégicos del Distrito Federal para promover la circulación franca e intensa del aire y con ello la disipación del neblumo y demás contaminantes.

La idea no era descabellada porque sería tanto como llevar a la ciudad de México a la costa donde los vientos son intensos y constantes. Pero como Castillo era de izquierda y no representaba al grupo del poder, el proyecto fue desechado en un santiamén.

Hoy algunas fuerzas chilangas quisieran derogar el programa Hoy No circula a pesar de que este año el Valle de México sólo ha tenido 19 días limpios.

Es cierto, el transporte capitalino es terrible en servicio y calidad, pero ¿cómo es posible que funcione cuando la prioridad en la capital es el automóvil y sólo se invierte en el transporte público en tiempo de elecciones o cuando la población está al borde de la desesperación?

Una medida efectiva y enérgica en una emergencia como la que hoy se vive, sería suspender la circulación de autos, obligar a todos a usar metro y autobuses, reestructurar horarios en oficinas y escuelas, y por vida de Dios reubicar al 70 por ciento del gobierno federal en ciudades alternas.

La capital mexicana es la zona con mayores atractivos turísticos, culturales y económicos del país, pero podría sufrir una tragedia ecológica si no se protege como debe ser. Ya el terremoto de 1985 mostró la indefensión y fragilidad de la urbe azteca.

APUNTE FINAL

Los candidatos independientes parece que no serán la noticia de las elecciones del próximo domingo como sucedió el año pasado, pero en varios estados veremos sorpresas por el voto en contra de gobiernos locales corruptos y por el voto de castigo en contra del régimen de Enrique Peña Nieto cuya imagen sigue de capa caída.

Comentarios a jhealy1957@gmail.com

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