Carlos Tévez no pudo marcar en el superclásico. (Jam Media)
Con la mente puesta en la Copa Libertadores y ya lejos de la disputa por el título, Boca Juniors y River Plate no se sacaron diferencias ayer al empatar sin goles en el superclásico del fútbol argentino, un partido correspondiente a la duodécima fecha de la liga.
La jornada tuvo una particularidad: los cuatro partidos disputados culminaron sin goles, ya que tampoco hubo festejos ni demasiadas emociones en Racing-Independiente, Newell's Old Boys-Rosario Central, y Belgrano-Atletico Tucumán.
Pese a jugar con un hombre más casi todo el partido, River fue incapaz de traducir en la red rival su mayor dominio de balón y terreno en el estadio La Bombonera de Boca.
El volante local Pablo Pérez se hizo expulsar infantilmente por una patada al colombiano Éder Álvarez Balanta a los 13 minutos.
Boca se esmeró en compensar con despliegue su inferioridad numérica y apenas si dispuso de un par de ocasiones, bien conjuradas por el arquero Marcelo Barovero.
"El empate es justo", opinó el entrenador de Boca, Guillermo Barros Schelotto. "Destaco el esfuerzo, la inteligencia, el orden y las ganas de superar a River, pese a estar con uno menos".
En definitiva fue River el que contó con las más claras: un tiro libre de Andrés D'Alessandro atajado magníficamente por el arquero Agustín Orión y un gol bien anulado por fuera de juego al uruguayo Iván Alonso.
"Era difícil entrarle a Boca, se cerró bien", rescató el estratega de River, Marcelo Gallardo. "Lo queríamos ganar. Tal vez ellos se conformaban con no perderlo" por estar en inferioridad numérica.