El bajo crecimiento económico de las últimas tres décadas, ubicado en promedio en el 2% anual, y la pésima distribución de la renta proveniente del mismo, provoca el deterioro de la calidad de vida de la gran mayoría de los mexicanos, lo cual se ve reflejado en el crecimiento de los que tienen su fuente de ingresos en informalidad y los que ganan menos de 2 salarios mínimos.
Los indicadores económicos a los que se aferra el presidente Enrique Peña Nieto para tratar de justificar el resultado de las llamadas reformas estructurales, a las que apostó todo su capital político, son la tasa inflacionaria y la creación de empleos. La primera efectivamente durante el actual sexenio se ha mantenido a niveles muy bajos, donde destaca el 2.22% de crecimiento de los precios en los 12 meses que van de enero a diciembre de 2015.
Respecto a la segunda, el presidente se vanagloriaba en octubre del año pasado que en los primeros 34 meses de su gobierno se habían creado un millón 614 mil nuevos empleos formales, de hecho señalaba textualmente, que de acuerdo a los datos del Instituto Mexicano del Seguro Social, "…el empleo que se ha generado en estos primeros 34 meses de un millón 614 mil empleos, comparado con los empleos generados en las cuatro administraciones anteriores, en el mismo período evaluado, en los primeros 34 meses, esta es la cifra de empleos más alta comparada en las cinco últimas administraciones."
Sin embargo, aunque el número de empleos sea récord lo que omite el presidente es señalar que la calidad de estos empleos es muy baja. De acuerdo con una información publicada por el periódico regiomontano El Norte, en su edición del miércoles 24 de febrero, un análisis del Centro de Investigación en Economía y Negocios del Tecnológico de Monterrey, revela que en el 2015, el número de personas que perciben sólo un salario mínimo se incrementó en 891 mil personas; y el de personas que ganan hasta dos salarios mínimos en 628 mil, es decir, el aumento en las personas que ganan máximo 2 salarios mínimos durante el año pasado en 1 millón 519 mil personas, casi el mismo número de nuevos empleos generados en el presente sexenio.
Y no hay que olvidar que en agosto del 2014, Alicia Bárcenas, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), señaló a través de un videomensaje: "Aquellos que reciben dos salarios mínimos tienen una remuneración ligeramente superior al umbral de pobreza extrema". El salario mínimo en México, contrario a lo que dice la Constitución, se encuentra por debajo del umbral de pobreza extrema, de acuerdo a la definición de los organismos internacionales; quienes ganan 2 salarios mínimos todavía se encontrarían por debajo del umbral de pobreza, aunque ya saldrían del de pobreza extrema.
Si a esto se agrega que el porcentaje de trabajadores en los que denominan condiciones críticas de ocupación (incluye a aquellas personas que trabajan menos de 35 horas a la semana por razones ajenas a su voluntad más las que trabajan más de 35 horas a la semana con ingresos mensuales inferiores al salario mínimo y las que laboran más de 48 horas semanales ganando hasta 2 salarios mínimos), creció durante el mismo período en 436 mil 500 personas, para llegar al 12.8% del total de la población ocupada (51.7 millones de personas), con lo cual alcanza a 6.6 millones de personas, de acuerdo a los datos del INEGI y publicados por el periódico El Economista en su edición del 14 de febrero.
El porcentaje de personas en condiciones críticas de ocupación es el más alto en lo que va del milenio y ha crecido 1.2 puntos porcentuales a partir de diciembre de 2012, que fue precisamente cuando se aprobó la reforma laboral, que flexibilizó la contratación de trabajadores.
También la informalidad (personas que no gozan de ninguna prestación y no tienen asegurados sus ingresos) superó los 30 millones de personas, el 58.2% del total de la población económicamente activa (población en edad, condiciones y con trabajo o en busca de uno) en el país, lo cual en el número absoluto implica un récord y en relativos está muy cerca del 60% que alcanzó en diciembre del 2009.
Así, aunque el número de empleos formales ha crecido más que en los últimos 5 sexenios, también lo han hecho la tasa de informalidad laboral, los trabajadores que ganan hasta 2 salarios mínimos y los que están en condiciones críticas de ocupación.; los dos últimos reciben ingresos que no permiten cubrir las necesidades mínimas de una familia y los primeros no gozan de ningún tipo de protección legal y sus ingresos son variables e inciertos.
El saldo es evidentemente negativo y parece que prevalecerá, al menos durante el presente año, pues los pronósticos de crecimiento del Producto Interno Bruto para este año ya se están ajustando a algún punto entre el 2 y el 2.5% anual, que lo sitúa exactamente en los mismos niveles que han prevalecido en los últimos 30 años.
Hasta el momento las reformas estructurales no cumplen con las promesas que hicieron sus promotores y las condiciones económicas internacionales (ciertamente desfavorables para la economía mexicana), las deficiencias estructurales de la economía mexicana, entre las que destacan la estructura productiva del país y los bajísimos salarios, entre los que destaca que México es el único país latinoamericano con un salario mínimo inferior al umbral de pobreza.
