Unidos. El papa Francisco rechazó ayer el uso de la violencia en nombre de la religión.
El papa Francisco se reunió ayer martes con refugiados de guerra y líderes de varias religiones en Asís, la localidad natal de San Francisco, para una jornada de oración por la paz, apertura hacia los refugiados y exhortación a las religiones para que marginen al fundamentalismo.
En una ceremonia religiosa en la basílica de San Francisco de Asís, el pontífice argentino lamentó que los refugiados de conflictos a menudo reciben "el amargo vinagre del rechazo".
"¿Quién les escucha? ¿Quién se molesta en responderles?", preguntó Francisco. "Con demasiada frecuencia ellos encuentran el silencio ensordecedor de la indiferencia, el egoísmo de aquellos que les molesta ser importunados, la frialdad de quienes silencian sus gritos de ayuda con la misma facilidad con que se cambian los canales de televisión".
Durante su papado, Francisco ha censurado a quienes dan la espalda a los que escapan de las guerras y la pobreza.
El líder ortodoxo Bartolomeo I, patriarca ecuménico de Constantinopla, exhortó a los participantes a trabajar para aislar de sus religiones a los fundamentalismos, que amenazan "nuestra coexistencia misma".
En tanto, Francisco les dijo a los asistentes: "¡Sólo la paz es santa, no la guerra!".
Peticiones
Durante el encuentro:
⇒ Los participantes firmaron una petición a los líderes mundiales para que eliminen los "motivos" de la guerra.
⇒ Se nombraron a los países que están en guerra o sufriendo violencia, y se encendió un cirio por cada uno, entre ellos México.