¿Será mejor el 2016?

Si usted se siente cansado y con el cuerpo adolorido, preocupado y con falta de ánimo, una posibilidad es que tenga todavía la resaca de las celebraciones por el año nuevo. O quizá la cruda sea de otra naturaleza y provenga de una economía que no alcanza a salir adelante a pesar de todos los esfuerzos.

Cuando era candidato el presidente Enrique Peña Nieto señalaba que muchos de los problemas de nuestro país surgían de la falta de crecimiento económico. Desde 1982, efectivamente, México ha tenido una tasa de expansión de sólo dos por ciento al año, apenas suficiente para cubrir el crecimiento de la población. En este mismo período, países como Corea del Sur, Taiwán, España e Irlanda tuvieron su gran despegue económico.

Las reformas estructurales que ha hecho el presidente Enrique Peña Nieto buscaban superar esta modesta “tasa mexicana de crecimiento”. Quizá el tiempo no ha sido suficiente para que las reformas hagan su magia, pero la verdad es que el país no ha logrado hasta ahora superar la cifra del dos por ciento.

Después de que la economía creció cuatro por ciento y más en los últimos tres años de gobierno del panista Felipe Calderón, había grandes expectativas con Peña Nieto por la idea de que “los priistas sí saben gobernar”. Los tres primeros años del nuevo régimen priista, sin embargo, han sido decepcionantes. En 2013 el crecimiento fue de sólo 1.4 por ciento y en 2014 de 2.1 por ciento. Para 2015 se calcula de manera preliminar una tasa de 2.4 por ciento. El promedio anual es un poco menor al dos por ciento.

Varios factores han incidido en esta situación. Uno es el entorno internacional, que ha sido débil en los últimos años. Otro es la caída en los precios del petróleo, que ha tenido un efecto negativo muy importante en las finanzas del gobierno mexicano y que ha evitado que la reforma energética genere más inversiones. Uno más fue el aumento de impuestos de 2014, que deprimió el consumo interno. La depreciación del peso, por otra parte, ha afectado los resultados de las empresas y ha deprimido la inversión productiva.

¿Qué podemos esperar para este 2016? La economía de Estados Unidos ha mostrado ya una recuperación en los últimos meses, lo que ayudará a mejorar las exportaciones manufactureras de nuestro país. El precio del petróleo seguirá bajo, pero ha caído tanto que es de esperarse que no pierda mucho más terreno, aun cuando una recuperación a los niveles de más de 100 dólares por barril no parece estar en la mira en años o décadas. El consumo interno empezó su recuperación hace ya algunos meses, conforme los consumidores han absorbido el alza de impuestos de 2014, y esto está impulsando ya a la economía. La depreciación del tipo de cambio ha sido muy importante, aunque la mayoría de los análisis señalan que el peso se encuentra ya muy subvaluado frente al dólar. La inflación se mantendrá baja, aunque no se espera que siga en los niveles históricos de 2015.

La economía nacional puede tener un crecimiento de un tres por ciento en este 2016 que se inicia. De lograrse, la cifra no llevaría a festejos. Es un nivel bajo en comparación con el potencial de la economía nacional. Pero sería el mejor desempeño del sexenio y, por lo menos, ya un monto superior al proverbial dos por ciento que ha promediado la economía nacional en las últimas tres décadas.

Twitter: @SergioSarmiento