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Sexo sin amor

Una invisible y delgada línea que casi siempre se cruza

Foto: Archivo Siglo Nuevo

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Psicólogo Sexólogo Silvestre Faya

Aunque no es lo mismo tener relacione sexuales que 'hacer el amor' muchas parejas prefieren la alternativa de sexo sin compromiso emocional, gozan sus momentos íntimos con intensidad y sin sentimientos, tan sólo se prodigan mutuo placer.

La vida sexual entre las parejas que comparte el llamado 'sexo sin amor' parece siempre llena de emociones y momentos de éxtasis. Sin embargo, alrededor de esta práctica surgen infinidad de preguntas, como las siguientes: ¿Es posible tener una pareja sexual sin llegar a involucrarse sentimentalmente con ella? ¿Disfrutan más que las parejas enamoradas?

Relacionarse con otra persona para obtener placer sexual sin enamorarse parece una alternativa excelente para compartir sexualmente con una o varias parejas. El goce sexual es asunto de cada uno y el beneficio es mutuo.

¿Por qué puede elegirse esta forma de disfrutar sexualmente sobre la relación amorosa? La respuesta es que existe un temor a ser dañado. Es necesario reconocer que a los seres humanos, con frecuencia su egocentrismo y el temor a sufrir les obligan a tomar providencias que eviten el daño, de tal forma que usan a la otra persona tan sólo por su atractivo físico y para cubrir necesidades específicas.

Muchas personas no reconocen tener una imagen negativa o menospreciada sobre su atractivo personal o considerarse indignos de ser amados. La solución que dan ante esta disyuntiva les orienta a relacionarse sexualmente con parejas con el propósito exclusivo de obtener algo a cambio: vivir la sexualidad en tiempo presente, sin construir un proyecto de vida. Sus relaciones no tienen futuro.

GOZAR SIN ATADURAS

Cada fin de semana los encuentros furtivos son el platillo fuerte de muchas parejas. Algunas casadas, otras solteras. La gran mayoría son jóvenes de máximo 30 años. El sexo después del antro es buscado y conseguido. La vida sigue un curso acelerado.

Otros, en cambio, cuentan con su propio departamento. Son hombres y mujeres solteros, cuyo ritmo de trabajo los obliga a vivir rápidamente, de esa misma manera conciben su sexualidad; orgasmos como fuegos artificiales.

Pero, ¿qué ocurre cuando uno de ellos empieza a sentir que extraña al otro? ¿O cuando, estando en su compañía, notan que la vida adquiere un nuevo colorido?

En esta etapa aparece el fantasma del enamoramiento, que aunque quien lo experimenta lo encubre, no tarda en manifestarse como celos de la vida que no se comparte.

Las víctimas de esta vinculación afectiva suelen al inicio sufrir de manera callada, algunos huyen y otros lo enfrentan.

“Teníamos un acuerdo de no enamorarnos” es la expresión más repetida y también la menos atendida. Los seres humanos han construido alrededor de sus vidas afectivas un muro de autoengaño y ofrecen, prometen, lo que no será. Caen victimas de sus propias mentiras.

El dolor de un amor no correspondido da pie a la frustración de un proyecto no compartido. Con frecuencia quien se mantiene distante emocionalmente, tiene otras parejas sexuales y no se liga con ninguna. El que se apega, sufre.

La lección puede concluir con abandonar el lecho y caer en la tristeza, en el llanto, en el enojo consigo. La determinación arbitraria de no involucrarse 'nunca' con otra pareja. Suelen decirse: “Ya sabía que esto iba a pasar”.¿Entonces, por qué se permitieron que pasara?

La vida de muchas parejas que se avienen al sexo sin compromiso está llena de encuentros de placer; sólo existe una delgada línea que no debe traspasarse, y es aquella de preguntarse dónde estará o que estará haciendo el otro.

Estas cuestiones van tejiendo un tramado fino que les van uniendo hasta que es imposible no sentirse involucrado. En este punto la solución es tomar distancia, desapegarse. Imposible empezar a extrañar los momentos, los orgasmos compartidos. La palabra apego se borrara del diccionario personal y se cambiará por placer o éxtasis.

¿ES POSIBLE VIVIR SIN AMOR?

Es una pregunta seria y seria es su respuesta: no. Quien se niega la posibilidad de ser amado vive en soledad, solo o acompañado. Esta es la manera de compartir únicamente por el placer sexual. Uno o los dos se usan, se convierten en cosas, como una silla o un tocador. Dejan su condición humana para ser útiles, renovables, desechables.

Vivir sin amor es imposible. Los humanos encubren su necesidad de ser amados mintiéndose a sí mismos, mirando hacia otra parte. El amor provee seguridad. El apegarse a las relaciones humanas tiene grandes riesgos, siendo el mayor la dependencia. Quien depende de experimentar el amor en pareja sufre cuando su pareja pone distancia, física o afectiva.

ZONA DE AMIGOS

Cuando alguien está en apuros, es decir, si se involucró amorosamente con su pareja de 'sexo sin amor', aceptar que se cometió el error de traspasar la línea de fuego y que ahora se está pagando las consecuencias será el inicio del restablecimiento de la autoestima.

El valor que se otorgue a esta relación fallida conllevará el peso de la penitencia, ya que la otra parte involucrada en este pesar, se mantiene distanciada. Buscar apoyo psicoterapéutico profesional será indispensable para quien no sepa atravesar por el proceso del desapego.

Replantear los objetivos a cumplir en una relación de pareja y a no jugar o improvisar con el sexo será una lección lapidaria. En la aventura de la vida se vale equivocarse, siempre y cuando estos errores conduzcan a un nuevo aprendizaje. Existen acuerdos que si no se respetan traen dolorosas consecuencias. Evite ser una víctima.

www.sexologosilvestrefaya.com

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