Foto: Archivo Siglo Nuevo
Perder un seno debido al cáncer de mama cambia radicalmente la vida de la mujer. Su autoimagen y su autoestima se ponen seriamente a prueba. El duelo por la mutilación de su imagen física repercute severamente en su sexualidad. Nunca será lo mismo enfrentar este paso acompañada de una pareja amorosa que de una pareja insensible o incomprensiva; la otra alternativa es pasar por esta prueba sin pareja.
A pesar de los avances médicos actuales, la sensación de indefensión frente al cáncer es abrumadora. Su diagnóstico es intimidante y asociado a la muerte, el dolor o la mutilación del cuerpo.
Una vez establecido el diagnóstico de cáncer mamario las opciones terapéuticas van desde la extirpación total del seno (mastectomía) remoción parcial (tumorectomía), quimioterapia, radioterapia o tratamiento hormonal. Todo acto quirúrgico modificará la imagen corporal ya que implica la extirpación total o parcial del seno.
El impacto en el área sexual se hace evidente desde el momento del diagnóstico, ya que la sola palabra cáncer desencadena una reacción emocional estresante que hace a un lado la apetencia o deseo sexual para enfocarse en la búsqueda de un remedio o curación de la enfermedad.
De la buena relación de pareja y la capacidad personal para enfrentar situaciones difíciles en la vida que cada ser humano dispone, el conjunto de recursos personales marcará la diferencia entre enfrentar el cáncer o negarlo, rehuirlo o postergar su atención médica.
La natural disposición que cada mujer tiene desde su formación infantil le proporcionará energía y coraje para salir adelante y no dejarse avasallar por los procedimientos terapéuticos que son invasivos, incómodos, dolorosos y mutiladores.
GOLPE PSICOLÓGICO
Aún teniendo los pies bien puestos sobre el suelo, el diagnóstico de cáncer inhibirá la sexualidad de la mujer. El cáncer de mama es considerado por la mujer como una enfermedad catastrófica que requiere la elaboración de un duelo, es decir, un proceso de aceptación progresiva de la pérdida de la imagen corporal en el que se tiene que reconstruir la expresión de la vida sexual.
La extirpación de uno o los dos senos significa para la mujer la pérdida de la sexualidad y la vida en pareja, sobre todo si esta aún no se ha iniciado. Su proyecto de vida se ve interrumpido y el uso del tiempo adquiere una dimensión totalmente diferente. “Pensar en morir, te hace ver la vida diferente”, dicen quienes han vencido al cáncer.
RECONSTRUCCIÓN DE LA VIDA SEXUAL
La pareja que se ama mantiene la intimidad emocional antes, durante y después de todo el proceso médico para combatir al cáncer de mama. La comunicación verbal atravesará las pruebas del dolor y la esperanza construyendo lazos sólidos y la mujer experimentará amor y seguridad con su pareja.
Una de las experiencias más dolorosas es el aseo de la herida provocada por la extirpación del seno, tarea que puede ser compartida con el esposo. “Él me ayudo todo el tiempo y nunca vi una mirada de rechazo”, expresan algunas mujeres.
Ver, tocar, hacer presente la nueva imagen del cuerpo de la mujer amada refrendará en ella el amor hacia su pareja, de quien recibe apoyo, amor y comprensión. Reanudar la vida sexual podrá ser un proceso más o menos lento, de acuerdo con la disposición de ambos amantes. La primera y la última palabra la tienen ellos dentro de la intimidad de su recámara.
Sentirse amada, saberse deseada, estar dispuesta y relajada son los requisitos necesarios para que la mujer llegue al clímax sexual. La mujer que reconoce su cuerpo y lo acepta tal cual es, puede dar el primer paso en recuperar su vida sexual, podrá experimentar deseo sexual, estará relajada y dispuesta a excitarse sexualmente, y con el paso del tiempo sus relaciones sexuales serán frecuentes y de calidad suficiente para sentirse totalmente satisfecha. Quien logra superar el cáncer sabe que pasó una prueba de vida y que esta es una oportunidad irrepetible.
DIFICULTADES
El rechazo a sí misma, la negación de la enfermedad que llevó a la extirpación de uno o ambos senos, el enojo ante la terapéutica aplicada y todas sus consecuencias enojosas, dolorosas o adversas, le predispondrá a experimentar ansiedad y frustración ante cada posible encuentro sexual.
La falta de deseo sexual asociado al cansancio físico y mental le orillará a cuadros ansioso-depresivos.
Una dificultad para excitarse sexualmente provocará que la lubricación vaginal previa a la relación sexual no se presente y por lo tanto exista dolor a la penetración, lo que impide el goce y disfrute de la sexualidad en pareja. La incapacidad orgásmica le hará preguntarse si la vida en pareja realmente le interesa o podrá salir adelante en algún momento de esta desafortunada situación.
TRATAMIENTO CONJUNTO
El cáncer de mama es un enemigo formidable que requiere de la atención médica, psicológica y sexológica para lograr resultados favorables. La atención médica determinará el rumbo biológico de este diagnostico, la atención psicológica y sexual creará la nueva manera de concebir la vida interior y con la pareja. Nunca como ahora la pareja juega un papel de vital importancia.
Quien se sabe valiosa e importante para su pareja cuenta con ese apoyo incondicional para salir adelante a su nueva oportunidad de vida.
Los recursos médicos actuales permitieron quitarle al cáncer la sentencia de muerte que antes tenía. La labor conjunta profesional médico-psico-sexológica le ofrece a la mujer la alternativa de asumir el reto de reanudar su vida sexual respetando su dignidad humana.
Quien enfrente en este momento este diagnóstico necesita saber que hay grandes probabilidades de triunfo.
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