Stranger things
Netflix se encamina nuevamente al éxito de la mano de los hermanos Duffer con su nueva producción Stranger Things, una serie de ciencia ficción y horror sobrenatural situada en los años ochenta que con una muy bien lograda estética está cautivando a todo público.
Con la publicación del avance de la serie Stranger Things, hace unas semanas, Netflix atrapó la atención de una gran parte de sus suscriptores gracias a que logró recrear el ambiente característico de las películas de suspenso psicológico y ciencia ficción que marcaron a toda una generación durante la década de los ochenta; la probadita fue suficiente para mantener a los 'seriéfilos' expectantes hasta el pasado 15 de julio, cuando por fin se lanzó la primera temporada y los espectadores confirmaron la calidad de la nueva producción.
Stranger Things está ambientada en 1983 y tiene como escenario la tranquila Hawkins, una pequeña ciudad ficticia localizada en Indiana, Estados Unidos. La trama de gira en torno a la desaparición de Will, un niño que al intentar huir de una criatura tenebrosa se desvanece sin dejar rastro; este evento es el punto de partida de los sucesos extraños que se desarrollarán junto a los personajes y sus intereses.
Desde los primeros segundos hasta la escena final de la temporada se puede percibir la fuerte relación de la serie con el cine de los ochenta a través de pósters colocados sutilmente, recreaciones de escenas y diálogos icónicos y similitudes con personajes emblemáticos de aquella época. Cada capítulo está plagado de referencias a los grandes de la ciencia ficción y el suspenso psicológico. Destaca la influencia de Steven Spielberg (E.T. The Extra-Terrestrial) y Stephen King (Cat's eye), pero encontramos también el estilo de otras figuras importantes como la de John Carpenter (Halloween).
Stranger Things echa mano de la esencia de los creadores de los ochenta para dar origen a una creación totalmente nueva y original. No obstante, algunos cinéfilos no ven con tan buenos ojos estas reminiscencias, pero es casi seguro que su suspicacia se desvanezca conforme transcurra la historia ya que queda claro que las referencias sólo guiños y pequeños homenajes a esos grandes filmes ochenteros, esto gracias a su impecable y bien lograda estética que logra representar la época referida con una excelencia tal que quienes crecieron en ella sin duda amarán la serie.
El lenguaje cinematográfico empleado en la producción es de una gran sutileza y exquisitez que acompaña estupendamente el desarrollo de la historia. La composición de cada cuadro ayuda a transmitir la impresión de realismo y suman calidad a la interpretación de los actores, creando así la necesidad de ver otro capítulo más. A través de encuadres logrados con precisión y una fotografía impoluta, Stranger Things consigue ser un grato viaje visual para el espectador.
LA ESENCIA
Por momentos la trama se torna ligeramente predecible, sin embargo es rescatada por el peso de los personajes y sus intereses, el lenguaje cinematográfico, una estética visual atractiva y un final sorpresivo.
Winona Ryder es la estrella de mayor peso que participa en la serie, interpreta el papel de Joyce, madre de Will, quien emprende una búsqueda incansable para recuperar a su hijo mientras lucho por no perder la cordura. Los amigos de Will, Mike Wheeler (Finn Wolfhard), Dustin Henderson (Gaten Matarazzo) y Lucas Sinclair (Caleb McLaughlin) emprenden su propia odisea con el fin de localizar a su compañero de aventuras, aquí sale a la luz otro personaje, una misteriosa niña llamada Once (Millie Bobby Brown), quien se une a los preadolescentes y cuya simple presencia es una perturbación agradable ya que en contraste a su inocencia visual, la pequeña representa una amalgama de poder y destrucción. La hermana mayor de Mike, Nancy Wheeler (Natalia Dyer) y el hermano del chico perdido, Jonathan Byers (Charlie Heaton) también se unirán a la causa, aunque de manera independiente y más bravía.
La profunda psicología de cada uno de los personajes los dota de una fecunda autonomía que da origen a una innumerable cantidad de subtramas que de cierta manera influyen en la trama principal. Esto ocasiona que el espectador llegue a plantearse una importante pregunta: ¿Quién es el protagonista? La respuesta es sencilla: la historia y el suspenso.
Con un suspenso, no tanto terrorífico, sino psicológico y con unos diálogos sencillos (que brindan el sentimiento de naturalidad) la historia fluye como si realmente estuviera pasando y por un momento puede desaparecer la certeza de estar viendo sólo un programa televisivo.
Los hermanos Duffer han reconocido abiertamente ser fanáticos del cine de los ochenta y un ejemplo de las influencias de esa época en Stranger Things es la esencia de la relación entre Mike y Once, que por momentos parece la versión moderna de E.T. El extraterrestre, película homenajeada en múltiples ocasiones a través de diversas representaciones pero en una atmósfera más caótica. Por otra parte, la presencia de un monstruo inexplicable pero predecible en naturaleza trae a la mente al psicópata Pennywise de Eso y el hecho de que la niña con superpoderes sangre de la nariz cada que efectúa un esfuerzo sobrenatural tiene similitud con Ojos de fuego. La cosa, Cuena conmigo, Ojos de fuego, Halloween, Los Goonies, Pesadilla en Elm Street son algunos de los títulos cuya influencia también se puede percibir.
DEBILIDADES
A pesar de que Winona Ryder regala fantásticas y emotivas interpretaciones en puntos clave, su actuación en general puede calificarse como irregular, la estrella protagoniza algunas escenas sumamente descuidadas que desvirtúan un poco el excelente trabajo que logra como madre desesperada ante la inexplicable desaparición de su hijo.
Como ejemplo de estas desafortunadas secuencias se puede mencionar una discusión con su exesposo y una escena donde su personaje se aprovecha de su situación para adquirir gratis una cajetilla de cigarrillos. En su descargo hay que decir que esto fue quizá un experimento de los guionistas para darle un giro gracioso a su papel, aunque claro está que no se alcanzó ese objetivo, sacar ventaja de un anciano en una tienda es un cambio en la personalidad del personaje sin ningún tipo de puente coherente.
Otro personaje que presenta inconsistencias a través de sus esporádicos cambios es Steve Harrington (Joe Keery), quien deambula entre la inocencia y la patanería sin previo aviso, lo que provoca que su participación al final de la temporada luzca forzada.
Otra debilidad de la serie son los clichés inspirados en películas hechas hace tres décadas. La madre soltera que pierde a su hijo y busca apoyo en otro hombre que también sufrió una tragedia similar, la pandilla integrada por niños con personalidades muy marcadas: el misterioso, el sensato, el cómico y el inteligente; el triángulo amoroso entre el guapo, la guapa y el nerd; entre otros clichés fácilmente detectables.
CAPÍTULO TRAS CAPÍTULO
Stranger Things ha sido muy bien aceptada hasta el momento, su primera temporada dejó satisfechos a la mayor parte de sus espectadores, desde niños pequeños hasta escritores aclamados. Mediante su cuenta de Twitter, Stephen King la calificó con una A+ (la máxima nota en el sistema educativo estadounidense). Guillermo del Toro también ha hecho público su gusto por esta nueva producción de Netflix.
Mientras los críticos debaten entre si se trata de un homenaje o trabajo a costa de otros creadores, Stranger Things realza su propio estilo y originalidad capaz de seducir a todo tipo de espectadores y mantenerlos frente a la pantalla capítulo tras capítulo.
Correo-e: charles.mova.94@gmail.com