SU SALUD BUCAL
BASES FISIOPATOLÓGICAS DE LA FIEBRE Y CONSECUENCIAS (PRIMERA PARTE)
Se considera que la temperatura humana normal es 37°C, pero puede tener hasta 1°C de variación en individuos sanos. A pesar del uso generalizado de los términos "pirexia", "fiebre" e "hipertermia", aún no están universalmente definidos. El American College of Critical Care of Medicine definen como fiebre a la temperatura central = 38.3°C, es decir, justo por encima del límite superior de la temperatura humana normal, independientemente de la causa. El término fiebre tiene su fundamento etimológico en el latín, significa simplemente "calor", y pirexia proviene del griego "pir", que significa fuego o fiebre. Algunas fuentes utilizan los términos en forma indistinta mientras que otros reservan "fiebre" para referirse a una temperatura elevada causada por la acción de pirógenos termorreguladores sobre el hipotálamo o área del cerebro, por ejemplo, en la sepsis o infección y enfermedades inflamatorias. La hipertermia o temperatura aumentada tampoco tiene una definición acordada. Ha sido definida como una temperatura central >38.2°C, sin tener en cuenta la causa. Otros utilizan el término para clasificar las condiciones que aumentan la temperatura corporal por encima de lo fijado por el hipotálamo, y por lo tanto, excluye específicamente las fiebres causadas por pirógenos, y son las que se producen por exposición al calor o por la producción de calor no regulada con el exceso de pérdida de calor. Las causas comunes incluyen el golpe de calor clásico, por esfuerzo y las enfermedades relacionadas con fármacos (por ej., hipertermia maligna y síndrome neuroléptico). Sin embargo, cada vez hay más pruebas de que muchas condiciones consideradas no pirógenas pueden estimular una respuesta inflamatoria, y por lo tanto, la división en pirogénico y no pirógeno puede ser menos clara que lo que antes se consideraba. La sepsis es responsable de hasta el 74% de la fiebre en los pacientes hospitalizados, mientras que del resto se cuenta la malignidad, la isquemia tisular o detención de circulación sangre en un tejido y las reacciones a los medicamentos. La fiebre neurogénica o de origen nervioso y la fiebre asociada a la patología endocrina o partir de los órganos de secreción interna son más raras. La respuesta febril en todo el reino animal sugiere que puede ser una respuesta beneficiosa a la infección. La generación de fiebre se produce a través de varios mecanismos. La interacción de los pirógenos exógenos por ej., microorganismos o endógenos por ej., interleucina (IL) -1; IL-6; factor de necrosis tumoral [TNF-a]) el organum vasculosum de la lámina terminal del quiasma óptico (OVLT) que conduce a la producción de fiebre. Los pirógenos exógenos pueden estimular la producción de citocinas, o pueden actuar directamente en las 7 estructuras predominantemente celulares del hipotálamo anterior. Al ser un órgano circunventricular muy vascularizado y carece de barrera hematoencefálica permite que las sustancias pirógenas lo estimulen en forma directa. Su estimulación provoca un aumento de la síntesis de prostanoides incluyendo la prostaglandina PGE2, que actúa en el núcleo preóptico del hipotálamo disminuyendo la velocidad del disparo de las neuronas sensibles al calor, resultando en un aumento de la temperatura corporal. Los lipopolisacáridos (LPS) provenientes de las bacterias gram negativas pueden estimular la producción del péptido PGE2 de las células hepáticas de Kupffer (CONTINUARÁ).