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Dr. Manuel Acuña Cepeda

BASES FISIOPATOLÓGICAS DE LA FIEBRE Y CONSECUENCIAS (SEGUNDA PARTE)

El término fiebre tiene su fundamento etimológico en el latín, significa simplemente "calor", y pirexia proviene del griego 'pir', que significa fuego o fiebre. Algunos reservan "fiebre" para referirse a una temperatura elevada causada por la acción de pirógenos termorreguladores sobre el hipotálamo o área del cerebro; por ejemplo, en la sepsis o infección y enfermedades inflamatorias. La fiebre es común después de un daño cerebral agudo, un trauma o un evento vascular y se asocia de forma independiente con peores resultados. El mecanismo de la generación de fiebre es probablemente multifactorial. Las alteraciones del metabolismo celular, un cambio al metabolismo anaeróbico y las lesiones por reperfusión isquémica se asocian a con la termogénesis. Los fármacos pueden causar fiebre por varios mecanismos fisiopatológicos, como la interferencia con los mecanismos fisiológicos de la pérdida de calor en la periferia, la interferencia con el centro de regulación de la temperatura, el daño directo de los tejidos, la estimulación de una respuesta inmune o las propiedades pirogénicas. El hipertiroidismo se asocia a la hipertermia; los pacientes con tormenta tiroidea tienen un promedio de temperatura corporal de 38,0°C; se han informado temperaturas >41°C. El mecanismo de la termogénesis no está claro. La temperatura elevada puede ser protectora por varios mecanismos. Primero, los patógenos infecciosos humanos suelen mostrar una replicación óptima a temperaturas <37°C; por lo tanto, una temperatura del huésped elevada inhibe su reproducción Segundo, el aumento de la temperatura in vitro de 35°C a 41.5°C aumenta la actividad antimicrobiana de muchas clases de antibióticos. Tercero, un aumento de la temperatura también puede asociarse a un aumento de la inmunidad innata relacionada con la destrucción microbiana. Se hace notar que con temperaturas >40°C, el aumento de la mortalidad es mayor, lo que sugiere que en esta etapa de la sepsis aguda los efectos deletéreos de la hipertermia en el órgano y la función celular superan cualquier beneficio obtenido a partir de la hiperpirexia; en una encuesta realizada sobre el monitoreo de la fiebre en la sepsis, el 76% de los médicos respondió que estaría preocupado por una temperatura de 38-39°C, y el 66% respondió que en ese punto iniciaría la refrigeración activa. Las 4 características cardinales, dolor, calor, enrojecimiento e hinchazón fueron descritas originalmente por Celso hace unos 2.000 años y, más o menos al mismo tiempo Hipócrates señaló que la fiebre trae beneficios. En la sepsis, un aumento leve de la temperatura central es beneficioso. La hipertermia no pirógena se asocia a efectos negativos sobre diversos órganos, a corto, mediano y largo plazo. El daño se produce a través de mecanismos locales y sistémicos. Por otra parte, no parece haber evidencia de una superposición de los mecanismos de generación del calor en diferentes condiciones. La prueba es que en la sepsis, los efectos beneficiosos de la pirexia pueden balancear los factores deletéreos. Sin embargo, en cuadros no sépticos, la acumulación de las consecuencias perjudiciales de la hipertermia se produce tempranamente, incluso con grados leves de fiebre. La hipertermia >40°C parece conducir a una mortalidad global elevada. El reconocimiento temprano, la refrigeración inmediata y el soporte orgánico son la base del tratamiento.

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