SU SALUD BUCAL
UNA MALA MORDIDA ASOCIADA CON UNA PEOR POSTURA Y EQUILIBRIO
Desde hace unos años, existe un creciente interés médico en corregir el contacto imperfecto de los dientes para evitar así problemas como dolor mandibular, diastemas o separación de dientes y apiñamiento de dientes. Un nuevo estudio realizado por investigadores españoles concluye que la oclusión dental o la manera de contactar dientes y molares superiores con los inferiores, se relaciona también con el control de la postura y el equilibrio. En las consultas se diagnostican problemas relacionados con una mala mordida, tales como desviaciones de la línea media, diastemas, apiñamiento, mordida cruzada y dientes ausentes. Pueden encontrarse perfectamente alineados o presentar alteraciones a distintos niveles. Dos nuevas investigaciones, llevadas a cabo en colaboración entre el departamento de Fisiología de la Universidad de Barcelona y la Universidad de Innsbruck (Austria), confirman una relación menos obvia entre una mordida imperfecta y el control de la postura. En deportistas, esta relación puede ser determinante tanto en el rendimiento final como en la prevención de lesiones. Otro dato a destacar es que aunque esta relación pueda resultar estadísticamente baja, está aumentada cuando existen condiciones de fatiga en la persona, o cuando se dan condiciones de inestabilidad. Cuando existe una mala oclusión, ésta se clasifica por criterios establecidos científicamente. Lo relevante en el estudio es que se ha relacionado además con diferentes alteraciones motoras y fisiológicas. Ambos estudios, aportan datos concluyentes de que con la corrección de diferentes maloclusiones, llevando la posición mandibular a un punto neutro, se mejora el control postural tanto en equilibrio estático como en dinámico. En el día a día esta relación no se aprecia tan directamente en condiciones estáticas, aunque pueden existir condiciones asociadas a patologías, como la obesidad, que agraven la inestabilidad corporal empeorando el control de la postura e incrementando el riesgo de caídas. En deportistas, esta relación puede ser determinante tanto en el rendimiento final como en la prevención de lesiones como torceduras, distensiones y fracturas, por desequilibrios inesperados a medida que la fatiga es mayor y la capacidad de respuesta motora disminuye. Por ello, sería útil que tanto la población general como los deportistas valoren la posibilidad de corregir la oclusión dental para mejorar el control de la postura, evitando así posibles caídas o desequilibrios debido a una falta de reacción del sistema motor. El control de la postura es el resultado de un complejo sistema que incluye diferentes componentes sensores y motores que provienen de la información visual, somato sensorial y vestibular, explica la experta. En los últimos años ha crecido el interés científico por la relación entre el sistema estomatognático (el conjunto de órganos y tejidos que permiten comer, hablar, masticar, deglutir y sonreír) y el control de la postura. El vínculo puede tener una explicación neurofisiológica. Existe una influencia recíproca entre el nervio trigémino y el núcleo vestibular responsables de la función masticatoria y el control del equilibrio respectivamente y también entre los músculos masticatorios y cervicales. Puede tener explicación neurofisiológica pues existe una influencia entre el nervio trigémino y el núcleo vestibular, y entre los músculos masticatorios y cervicales.