Columnas Social columnas editoriales SOCIALES

Subrayado

El Jesús mío

¿Cuál es su Jesús más cercano? Con un poco de memoria, podrá recordar andares con él, con su Jesús. Con ese mismo que ya apareció en su recuerdo. Y aunque otros también de nombre Jesús pudieran rondarle de pronto, hoy sólo es necesario convocar a uno: a su Jesús consentido. ¿Será el abuelo, el padre, el hijo, el tío, el sobrino o el nieto? ¿El amigo, el compadre, el compañero de trabajo? ¿Un primer o último amor? ¿Aquel maestro, el colega, el jefe, el doctor? ¿O usted se llama Jesús y la tuvo fácil al momento de elegir?

Seleccione a su Jesús, que yo aquí quiero presentarle al mío. Con orgullo del bueno. Con sinceras ganas de presumir.

El Jesús mío, primero, fue mi amigo. Así: amigo. Con toda la responsabilidad que la palabra implica. Chuy y yo, desde que nos conocimos, fuimos eso, muy queridos amigos. Gracias a nuestros gustos artísticos y periodísticos, el coincidir inicial fue un hit, cómodo de más. Desde ese entonces, jamás nos faltaron pretextos para platicar y hacer del intercambio de palabras, una fiesta privada. Chuy, el anfitrión de cada una de ellas.

De una idea, de una frase, de un momento, el Jesús mío tenía la capacidad verbal para correr películas enteras, en alta definición, tridimensionales, con fidelidad sonora. Nunca faltaba su toque crítico que desconcertaba tanto al ingenuo como al avezado. Con gesto serio y variados calificativos, sabía cómo colarse entre las dudas de quienes lo escuchábamos atentos. Después llegaba lo tan esperado: tronarnos a todos de risas. Narrador malabarista. "El mago" del discurso.

De Jesús, el mío, admiré su convencido afán por leer. Un día me contó que, a sus ocho años de edad, mientras esperaba en una parada de camión, su primera lectura había sido "El libro de la selva". Describió en una brillante crónica verbal, como era su buenísima costumbre, la manera en que fue atrapado por las aventuras de los personajes. Aquella mañana, Mowgli y compañía fueron sus cuates de pinta, dijo. Los camiones siguieron sus rutas, al igual que las clases en el salón de Chuy quien, por cierto, siguió leyendo "ido" hasta que un familiar fue a buscarlo y lo despertó sólo momentáneamente de su mundo de fantasías.

Chuy encontró en la obra de Kipling otra de sus pasiones, el teatro. Su don de la actuación lo ejerció 24 por 365. Como era un buenazo para manejar su voz, era capaz de dar vida a todos los protagonistas de un mismo cuento. Con sus cuerdas vocales tejía cualquier perfil y con su histrionismo dejaba más de un par de ojos abiertos al triple. Me constó siempre su talento acústico aliado a una bárbara posibilidad de improvisación. Con micrófono o sin él, dentro o fuera de la cabina de grabación, en el escenario o en la cocina de mi casa, el Jesús mío jamás escatimó para colorear sus charlas con sonidos y contenidos especiales. No olvido cuando contesté a la llamada de teléfono en la que me compartió emocionado sus primeras contrataciones defeñas para doblar al español varias series norteamericanas de postín. Era chistoso, y de una felicidad linda, encender la tele y escuchar la voz del Jesús mío en actores extranjeros. Imaginaba a su esposa Rosy junto a sus hijos Luis Alfonso y Marcela, todos frente al monitor, aplaudiendo a distancia un éxito más de nuestro Chuy.

El Jesús mío tenía pacto con la tecnología. Sabía de consolas, bocinas, mezcladoras, micrófonos, editoras y demás instrumentos para producirse a él mismo. Sus comerciales para radio y televisión, sus textos para documentales, sus cápsulas informativas llegaron a distintos mercados a través de su iniciativa y su permanente curiosidad. Buscaba para encontrar y actuar con certeza. Se abría sus propias puertas y las ajenas. Entraba con pertinencia y prudencia. Por eso siempre era buscado y bienvenido. Convocar a Chuy era garantía profesional.

Y tocaba la guitarra y cantaba y que si disfrutaba la música el Jesús mío. Trovador hasta la médula. Juntos tuvimos distintas presentaciones donde la palabra y la canción fueron torales. En los ensayos, respetuoso, puntual, infatigable; en los shows, el mismo proceder. En el momento de cobrar, ¡desaparecido! La retribución económica nunca fue contenido que saliera de la boca de Chuy. Con él y conmigo la reciprocidad estaba ubicada en un plano distinto. Con el Jesús mío no aplicaba el verbo trabajar, como suele entenderlo el común. Con Chuy eran momentos gozosos al escuchar el canto de los demás. Un público complacido era el objetivo y lazo apretado.

¿Cuántas veces tuve una diferencia con Jesús, mi amigo? Ninguna. ¿Cuántas veces tuve una diferencia con Jesús, mi conductor de eventos? Ninguna. ¿Cuántas veces tuve una diferencia con Jesús, mi compañero de escenario? Ninguna. ¿Cuántas veces tuve una diferencia con Jesús, el colaborador municipal? Ninguna. ¿Cuántas veces tuve una diferencia con Jesús, el donador de lo que fuera? Ninguna. ¿Cuántas veces tuve una diferencia con Jesús, el periodista? Ninguna. Chuy era el amo del coincidir en paz. Conciliador. Maduro. Ayudador en serio. De dar por dar. Con las miras evolucionadas. Era el amigo del estar aquí, presente, a lo que fuera, en medio de la tormenta. No por hueco relumbrón, sino porque su esencia era de semejante pasta. La solidaridad le corría por las venas. Cuántos no fuimos tocados por ella.

Ahora cuénteme usted de su Jesús. En qué coincide con el mío. Usted, como yo, hoy seleccionamos un Jesús por sus virtudes. Ésas que nos han ayudado a sentirnos queridos y a salir adelante. No es gratuito, entonces, que su Jesús y el mío lleven ese nombre.

Si hoy usted aún puede ir con su Jesús, ni lo dude. Por favor, vaya pronto. En el abrazo que usted le dé estará remembrado el último que nos dimos el Jesús mío y yo, guiados por la fe de que la vida puede ser bella cuando nos redime con un amigo verdadero. Así en la tierra como en el cielo, así siempre lo será Chuy en mí.

Para Jesús Aviña Oteo y su querida familia. Porque los siento míos.

  Por: Renata Chapa

Leer más de Columnas Social

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Columnas Social

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1268157

elsiglo.mx