Listo. Michael Temer aseguró que está listo para asumir la tarea de gobernar Brasil.
La destitución definitiva de la impopular presidenta de Brasil Dilma Rousseff por el Senado del país el miércoles supone que ahora, un hombre que podría decirse es tan poco querido como ella, enfrenta la tarea de aliviar las heridas de una nación en recesión.
Michel Temer hereda una economía a la baja, un brote de virus del zika que ha arrasado los estados más pobres del norte y una inestabilidad política alimentada por la creciente investigación contra la corrupción que ha salpicado a gran parte de la élite política y empresarial del país, incluido él mismo.
Temer ya ha tenido problemas en sus casi cuatro meses como presidente interino tras la apertura del juicio político a Rousseff el pasado mayo, que fue suspendida de sus funciones mientras se preparaba el proceso en la cámara alta.
Sólo unas horas después del cese de la expresidenta, Temer aseguró al país que su gobierno está listo para asumir la tarea.
"De hoy en adelante, las expectativas son mucho más altas para el gobierno. Espero que en estos dos años y cuatro meses podamos hacer lo que hemos declarado - volver a poner a Brasil en el camino", dijo.
Temer negó que el proceso de juicio político haya sido un golpe de Estado contra su predecesora, como afirmó ella a lo largo del proceso.
Otra elección
En una encuesta realizada en el mes de julio por Darafolha:
⇒ Solo el 14 % aprobó la actuación de Michael Temer.
⇒ El 62 % aseguró que deseaban nuevas elecciones y solucionar la crisis.