Denuncia. Guadalupe Morfín pide mayor vigilancia.
Los patrones feminicidas de Ciudad Juárez se repiten en Jalisco. Así lo documenta el Estudio del feminicidio en Jalisco -publicado por la Universidad de Guadalajara (UdeG) y dado a conocer en diciembre de 2015-, por lo tanto las lecciones implementadas años atrás en Chihuahua son un referente para encarar este fenómeno en la entidad.
Lo sabe bien Guadalupe Morfín Otero, quien entre 2003 y 2006 fue comisionada federal para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en Ciudad Juárez. Con esa experiencia llegó a la Comisión de Derechos Humanos e Igualdad de Género en la regiduría de Guadalajara en octubre de 2015.
Está consciente de los caminos sinuosos recorridos por el Estado de México y Morelos, donde se activó la Alerta de Género vía la Secretaría de Gobernación. Sin embargo, dice, "aquí [en Jalisco] hubo voluntad política", pues se emitió de manera local. La primera de la República en esta modalidad.
Los rostros de los demonios de Ciudad Juárez aún resuenan en la cabeza de Morfín Otero, pero también los de "esperanza" que unieron a la sociedad civil con las familias de las víctimas. Ahora el eco lo escucha en territorio jalisciense, que tiene el primer lugar en el país en feminicidio por pareja, de acuerdo con el Estudio del feminicidio en Jalisco, de Guadalupe Ramos Ponce, abogada y coordinadora en el estado del Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos Humanos de las Mujeres (Cladem).
Niega que a la postre se dé un "manoseo" político de la medida por parte del gobernador del estado Aristóteles Sandoval Díaz, temor manifestado por organizaciones sociales. "Creo que aquí no tenemos un gobernador que esté aspirando a la Presidencia". Esa misma inquietud la responde la titular del Instituto Jalisciense de la Mujer (IJM), la doctora Érika Loyo: "Hay convicción [del Ejecutivo por resolver la problemática]", asegura.
A pesar de que las cifras han escalado de 2012 a la fecha -el año pasado con 150 asesinatos de mujeres y 28 hasta el 16 de marzo de 2016- Morfín Otero señala que en Jalisco "hay buena disposición por encararlo, son procesos que toman tiempo y requieren mucho presupuesto". Afirma que hay voluntad política de diálogo, "de reconocer las fallas de cada institución para corregir, evaluar, subsanar y rectificar".
La también regidora de Movimiento Ciudadano enfatiza: "Podemos atajar la llegada de esos demonios".
El estudio de la doctora Ramos clasifica dos tipologías frecuentes que se manifiestan en Jalisco: familiar íntimo y sexual sistémico.
¿Cómo se transformó la violencia de género en los años recientes?
-Hay un patrón en el estado que tiene una cultura machista-patriarcal y misógina, arraigado desde las familias, las escuelas, los barrios, donde prevalece tradicionalmente la violencia ocasionada en los ámbitos íntimos.
Con la exacerbación de fenómenos de delincuencia organizada, es fácil que con el tiempo se produzcan más episodios de feminicidio sexual sistémico. En Ciudad Juárez, y probablemente otras partes del país, pueden confluir distintas hipótesis. El exsubprocurador de la PGR, José Luis Santiago, me las contaba cuando fui comisionada para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (2003-2006): se refería a narcosatanismo, pactos entre pandillas violentas y juveniles; vecinos donde se retan cómo ejercer rituales misóginos de iniciación como secuestrar, violar o asesinar a una jovencita para poder pertenecer; grupos entre personas poderosas, vinculados con agentes del Estado; policías (no sabemos de qué ámbitos de gobierno) para sellar impunidad, pactos de silencio… Esas pudieran ser algunas de las hipótesis que hablan de una posibilidad de incremento en el feminicidio sexual sistémico.
Hay feminicidios con prácticas del crimen organizado. ¿Considera que en este momento las autoridades descartan la perspectiva de género en las investigaciones cuando encuentran estos casos?
-En Ciudad Juárez había una advertencia puesta desde organismos internacionales, nacionales y multilaterales, para analizar cuando había presentación de cuerpos de una manera cometidos como feminicidio íntimo por personas del círculo íntimo de la víctima pero presentados como si no lo fueran, porque es una manera de alejarlas. Entonces es muy importante que las autoridades no dejen de tomarlo en cuenta para cumplir con dos propósitos esenciales del sistema de justicia penal, sobre todo ahora que entra ya en operación a mediados de año. Tenemos que aprender a detener de manera legal en los tiempos y formas válidos a las personas que están violentando a las mujeres para que queden firmes y no puedan ser desechados ni por ministerios públicos ni por jueces.
La alerta en otros estados empieza a tener problemas de transparencia. En cuatro meses se dará un balance en Jalisco… ¿Qué avances debe haber en la entidad?
-Primero: la no revictimización de mujeres y niñas que acuden a presentar denuncia, a pedir ayuda a una institución médica, de policía o a un DIF; segundo, la oportuna detección de cuando ha habido violencia, por ejemplo, sexual, desde que llega una adolescente embarazada o violada a pedir apoyo a centros de atención médica, hospitales de la mujer, del nivel que sea. La forma correcta de enfrentar la violencia contra las mujeres, que en su forma extrema es el feminicidio pero tiene muchas microviolencias, es encarándola con una visión de Estado, sin visiones partidistas o de segmentos de gobierno.