Edgar Matobato, de 57 años, dijo en la sesión del Senado televisada para toda la nación que escuchó como Duterte ordenó algunos de los asesinatos y reconoció que él mismo perpetró unos 50 de los secuestros y ataques letales.
Un exmiliciano filipino testificó le jueves ante el Senado del país que el presidente, Rodrigo Duterte, cuando aún era alcalde de la ciudad de Davao, le ordenó a él y a otros miembros de un escuadrón de la muerte matar a delincuentes y rivales en asaltos que causaron unos 1.000 fallecidos.
Edgar Matobato, de 57 años, dijo en la sesión del Senado televisada para toda la nación que escuchó como Duterte ordenó algunos de los asesinatos y reconoció que él mismo perpetró unos 50 de los secuestros y ataques letales, incluyendo a un hombre con el que dieron de comer a un cocodrilo en 2007 en Davao, en el sur del país.
La investigación del Senado está encabezada por la senadora Leila de Lima, una firme crítica de la campaña antidroga de Duterte que ha terminado con la vida de más de 3.000 presuntos narcotraficantes y drogadictos desde que asumió la presidencia del país en junio. Duterte ha acusado a Lima de estar implicada en el mundo de la droga, alegando que tenía un conductor que tomó dinero de capos detenidos; ella niega las acusaciones.
La sesión se suspendió unos segundos para que los senadores pudieran debatir cómo proporcionar seguridad a Matobato ante la naturaleza de sus acusaciones.
"Nuestro trabajo era matar a delincuentes como traficantes, violadores, rateros", dijo Matobato bajo juramento, agregando que algunos de sus objetivos no eran criminales sino rivales de Duterte y de uno de sus hijos en la ciudad de Davao.
El vocero presidencial, Martin Andanar, rechazó las acusaciones apuntando que las investigaciones gubernamentales sobre la etapa de Duterte como alcalde de Davao se cerraron por falta de pruebas reales.
No hubo reacción de inmediato de Duterte, que ha negado cualquier implicación en asesinatos extrajudiciales cuando era alcalde y desde su llegada a la presidencia.
Matobato declaró que las victimas en Davao fueron desde delincuentes de poca monta a personas asociadas con los rivales políticos de Duterte, como un rico empresario que fue asesinado en la provincia de Cebu, en el centro del país, por una pelea con el hijo de Duterte por una mujer.
Algunas de las víctimas fueron baleadas y abandonadas en las calles de Davao o enterradas en tres fosas comunes, dijo explicando que otras fueron arrojadas al mar con la barriga abierta para impedir que flotasen y fuesen comidas por los peces de inmediato.
"Fueron asesinados como gallinas", manifestó Matobato. El dejó de participar en los asesinatos tras sentirse culpable y entró en un programa gubernamental de protección de testigos, que abandonó cuando Duterte se convirtió en presidente por temor a ser asesinado.