Prisión. El centro penitenciario de Le Mans abrió sus puertas en 2010. (TWITTER)
La toma de rehenes perpetrada en la prisión francesa de Le Mans, en el oeste de Francia, finalizó ayer sin heridos, informó el ministro francés de Justicia, Jean-Jacques Urvoas.
El ministro indicó en su cuenta oficial de Twitter que "gracias a la sangre fría" de los agentes que intervinieron en el caso y a "la valentía" del vigilante de seguridad que había sido retenido "todo terminó bien".
Urvoas agradeció a todos los que contribuyeron a ese desenlace y envió "un saludo en particular al vigilante amenazado".
Los medios y fuentes penitenciarias sindicales habían informado que junto al vigilante había sido retenido otro preso, pero un portavoz de la Administración Penitenciaria francesa destacó que debe tomarse con prudencia ese último dato, a la espera de saber "el papel" exacto de ese segundo detenido.
Según ese portavoz, el autor de los hechos se entregó a las fuerzas del orden.
La dirección de la Administración Penitenciaria había abierto una célula de crisis, protegido el perímetro en torno a la cárcel y movilizado en la intervención a equipos regionales de intervención y de seguridad (ERIS) de Rennes y a agentes del cuerpo de operaciones especiales de la policía, RAID.
El suceso se inició "a finales de la mañana". El individuo reclamaba el traspaso a otra prisión.