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Tommy al Bat

LOS TIEMPOS CAMBIAN

TOMÁS F. MORALES

Los años pasaron y ahora tenemos a Daniel Fernández manejando a los Vaqueros de Unión Laguna y tratando de eliminar a los Diablos Rojos donde fue gran estrella tanto tiempo y uno de los grandes ídolos en la historia del club capitalino. Como usted sabe Daniel llevó a los Diablos al campeonato número 15 en su debut como mánager en la Liga Mexicana el año de 2008.

Este caso nos hace recordar a los tiempos en que Alfredo Ortiz, el zurdo de oro con grandes temporadas como estrella de los Rojos, apareció de repente como mánager del Tigres de don Alejo Peralta. Con el tiempo los fanáticos del México perdonaron a Alfredo para ya de retirado, cual debe de ser, arroparlo como uno de los ídolos de siempre y entró al Salón de la Fama con un curriculum rojo.

Pero así es el deporte profesional. En Ligas Mayores un día apareció el entonces mánager famoso, Leo Durocher, manejando al Gigante después de tantos años de mánager de los Dodgers, equipos totalmente antagónicos como lo son Diablos y Tigres en México.

Durocher ganó un campeonato con Dodgers y dos con Gigantes, aunque su único triunfo en Serie Mundial fue con estos últimos en 1954 cuando venció por barrida al Indios de Cleveland con el que nuestro Beto Ávila fue campeón bateador de la Liga Americana con su inolvidable porcentaje de .341.

Daniel Fernández entró como mánager de repuesto con los Vaqueros y aunque hasta ahora ha tenido un año exitoso todo va a depender de la llegada o no al play off. En este principio de semana los Diablos, que están en el peligro de no ir a los play offs después de 33 años seguidos de acudir a la gran fiesta, jugaron una serie de vida o muerte en Torreón contra el Unión Laguna de Daniel y los Diablos ganaron los dos primeros para ponerse en territorio de juego del comodín. Torreón no ha ganado un campeonato desde 1950 cuando el famoso Memo Garibay era el mánager.

En lo particular el caso de los Diablos Rojos de este año es todo un misterio ya que aun sin Japhet Amador en su orden al bat jugaron muy buena pelota por un buen rato de la temporada. De repente, sin embargo, el equipo dejó de batear y está jugando el final del calendario a sangre y fuego. De repente se perdió esa chispa ganadora y navegan a la desesperada, buscando todavía el milagro de calificar. Mientras haya vida hay esperanza y si quedan fuera del jolgorio de post temporada habrá que pensar que no se pudo repetir al faltar los 41 jonrones que hace un año bateó el gigante rojo, el gran Japhet.

En Ligas Mayores el gerente Brian Cashman hizo otra tontería más al mandar en cambio a Aroldis Chapman al Cachorros de Chicago. En primer lugar los Yanquis todavía tienen chance de calificar y en segundo el mánager Joe Girardi no acostumbra a jugar con prospectos. No había ninguna razón para desprenderse de Chapman y su brazo de 100 millas plus que era una de las pocas atracciones que tiene el Yanquis actual. Un bofetón a los fanáticos del Yanquis que se reflejará en las asistencias en el Yanqui Stadium. Cosas veredes, Sancho.

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