EL DEPORTE DE LUTO
El deporte está de luto con el trágico accidente aéreo en Colombia en el que fallecieron la gran mayoría de un equipo de Futbol brasileño que iba a disputar la final de un torneo y me hizo recordar que cuando comenzaba a trabajar en el periodismo sucedió aquel accidente aéreo en que murieron la mayoría de jugadores del Manchester United de Inglaterra.
Aquel famoso mánager cubano, Preston Gómez, me llegó a comentar un par de veces que las Ligas Mayores han tenido mucha suerte en que a pesar de tantísimos viajes aéreos a través de tantos años no hemos tenido, gracias a Dios, ningún accidente.
Fue en 1946 cuando el nuevo jefe del Yanquis, Larry MacPhail, puso al equipo a viajar por la vía aérea y entonces los aviones eran de dos motores de hélices. Algunos jugadores del Yanquis se negaron a viajar en avión y el equipo accedió a que siguieran utilizando el ferrocarril como medio de transporte. Al irse MacPhail, el primero que puso un juego nocturno en Grandes Ligas, los Yanquis viajaron en tren hasta que vino la expansión a California y era necesario usar los aviones como medio de transporte.
Tuve la suerte de viajar en el tren de la prensa que llevaba al Yanquis de Nueva York a Cincinnati en la Serie Mundial de 1961 ya que fue la última ocasión que se viajó por los rieles en un clásico de octubre. Fue un viaje inolvidable ya que buscando el vagón comedor nos metimos el destacado narrador venezolano Mesiú Lacavalerie y yo en el vagón donde cenaban los jugadores del Yanquis, la mayoría con sus esposas. Allí pude ver a Mickey Mantle, Roger Maris y Yogi Berra con sus guapas esposas que estaban cenando, hasta que llegó un empleado del tren para decirnos que ese vagón era exclusivo del Yanquis.
Y en el regreso del tren de Cincinnati a Nueva York ya los Yanquis habían ganado la Serie Mundial en cinco juegos y anunciaron a la prensa que en todo el viaje había por cortesía del equipo el champagne que quisieran cada cronista y fotógrafo. Tuve serias dificultades para llegar al vagón donde estaba mi gabinete ya que el tren iba como bala.
Fue en 1958, cuando los Dodgers y los Gigantes se mudaron a California, que los equipos que iban a jugar en Los Ángeles y San Francisco necesitaron tomar aviones. Incluso los Dodgers llegaron a tener un avión para ellos solos.
Algunos jugadores le tuvieron pánico a los viajes por avión y la carrera del jonronero Jackie Jensen del Medias Rojas fue recortada por el miedo que tenía a volar. Al pitcher Don Newcombe, del Dodgers, le pusieron hasta un experto en hipnotismo para que perdiera el miedo al avión. Y en nuestro beisbol se recuerda el pavor que le tenía Chito García a los aviones.
Estrellas del beisbol han fallecido en accidentes aéreos como el gran Roberto Clemente el último día del año 1972 cuando llevaba ayuda a Nicaragua que había sufrido un terremoto. Y el pasatiempo de Thurman Munson, gran catcher del Yanquis, era volar por lo que compró su propio avión y en él se estrelló y falleció en 1979.
Tomás Morales Fernández