Trelles no ve campeón a Cruz Azul pronto

Ignacio Trelles tuvo la fortuna de vivir la última etapa del invencible Cruz Azul de la década de los 70. Dirigió al equipo bicampeón (1978-79 y 1979-80) antes de que se produjera la maldición celeste vigente desde 1997.

Anheló, como fiel enamorado de La Máquina, verla estacionarse otra vez en la gloria. Mas en el umbral de sus 100 años, que cumple el 31 de julio, Don Nacho se baja de la cruz: duda que los celestes den pronto la vuelta olímpica.

"No, no creo, porque no ha tenido el tipo de jugadores que se necesita para serlo. Sus futbolistas no tienen la calidad de los que sí lo fueron", lamenta.

"Son estrellas y deben aprender a jugar de una forma en la que, aunque no luzcan mucho, den el máximo provecho", aconseja a los de La Noria, que debutaron en el Apertura 2016 con un empate sin goles ante Necaxa y tienen en puerta el duelo del orgullo ante Pumas.

¿Le faltan ídolos a Cruz Azul?

-La mayoría del público ya no acepta eso de los ídolos, lo único que acepta es que su equipo gane.

TUNDE A "EL JEFE"

Una sequía de 19 años opaca el brillo cementero, ese que forjó el centenario ex timonel hace poco más de cuatro décadas.

Durante mucho tiempo, Trelles ha sido testigo del ir y venir de entrenadores siempre en el ojo del huracán y, bajo su óptica, Tomás Boy tampoco es el indicado para llevar al olimpo futbolero a la tropa de La Noria.

"Yo quisiera que los hiciera campeones, pero con Tomás se da un caso: era un jugadorazo, cuando dejó de jugar todos pensamos que iba a ser un gran entrenador y no ha sido así", afirma sobre "El Jefe", quien vive su tercer torneo con Cruz Azul. En los dos anteriores no calificó.

Trelles sigue hasta la fecha identificado con el club. Acude dos o tres veces a la semana antes de los entrenamientos para asesorar a los equipos cementeros de fuerzas básicas. Pero es difícil orientar al actual estratega celeste.

"Yo no puedo irme a fondo para hacerle ver que tiene que mejorar su forma de juego, porque inteligente es, pero no sabe cómo usar esa inteligencia entre 20 ó 25 jugadores que forman un equipo", detalla.

"Tiene un carácter explosivo, así era como jugador, pero como jugador compensaba eso jugando muy bien", atiza.

La fórmula para ganar, revela Nacho, "Es que los jugadores coincidan con tu forma de ser, eso es importantísimo, que haya esa armonía". A él le funcionó en sus siete títulos de Liga en Primera División, palmarés que no ha igualado ningún técnico.