Después de cuatro años Marilyn Manson regresó a México. En el marco de la segunda edición del Knotfest, el cantante estadounidense aglutinó miles de fans durante su presentación de poco más de una hora.
Al salir al escenario, maquillado como siempre y con una llamativa sombra de ojos azul, comenzó su repertorio con Angel With the Scabbed Wings y se emocionó tanto que se bajó del escenario para pasar cerca a sus fans. Acompañado por varias personas de seguridad, no midió el suelo, tropezó y cayó.
Pero a Manson pareció no importarle, pues después se subió a las vallas sin soltar su micrófono en forma de cuchillo.
"México", gritó, luego mandó un beso y siguió con Disposable Teens, No Reflection y Mobscene.
Vestido de negro, aunque luego por un momento se puso un saco dorado y un sombrero, se acompañó de la imagen de un cementerio como fondo en temas como Deep Six e incluso rodeó su cuello con una bandera tricolor. Aunque se ausentó unos momentos, después volvió con unas palabras: "Perdón, tengo una pequeña lastimada". Después siguió su show ahora con una imagen de fondo distinta, un dólar con su imagen en el centro y el valor de 666.
El saco ahora era blanco con negro y Manson volvió a bajar para caminar por el espacio asignado como un pasillo, tomó una gorra entre el público, se la puso y luego la aventó. Ahora no se cayó, pero sí volvió a subirse en las vallas al cantar The Dope Show.
Arriba de unos zancos entonó Sweet Dreams y cerró con The Beautiful People.
Regresa. A pesar de su caída el rockero siguió el show. (EL UNIVERSAL)