Dos semanas de las elecciones caucus de Iowa, en donde la tradición dice que sus habitantes deciden el rumbo de la elección presidencial, sorpresivamente el republicano Donald Trump se encumbró en las últimas horas como el favorito de su partido para esta contienda.
Semanas atrás el senador texano Ted Cruz llevaba una cómoda delantera sobre el empresario neoyorquino, sin embargo la última encuesta colocó a Trump con el 28 por ciento de las preferencias contra 27 por ciento de su acérrimo rival.
Trump obtuvo en las últimas horas el respaldo de la exgobernadora de Alaska y excandidata a la vicepresidencia, Sarah Palin, cuestionada siempre en los ámbitos liberales, pero respetada y admirada en los círculos más conservadores del Partido Republicano.
De aquí al martes primero de febrero, día de la emblemática elección de Iowa, la primera a celebrarse en la Unión Americana, pueden ocurrir muchas cosas, pero si el triunfo favorece a Trump dará un paso más en firme en su camino hacia la candidatura presidencial.
Que gane Cruz, cuya larga carrera política es reconocida entres sus correligionarios, no será ninguna sorpresa, pero que la victoria sea para Trump significará que los electores norteamericanos consideran seriamente la posibilidad de que este polémico personaje llegue algún día a ocupar la Casa Blanca.
Por cierto, caucus se refiere a un tipo de asambleas que cada cuatro años realizan los partidos para elegir a sus candidatos presidenciales, pero el término procede de un vocablo indígena norteamericano cau→ -cau-as→ u que significa "reunión de jefes de tribus" o "consejo".
En el argot político se considera que el ganador de la elección en Iowa, un estado predominantemente blanco con tres millones de habitantes, será quien obtenga la candidatura presidencial de su partido en las asambleas que se celebrarán durante el verano de este año.
Sin embargo, la historia no es tan concluyente porque en el caso de los republicanos, desde el año 2000, sólo en dos ocasiones el ganador de Iowa se proclamó candidato, esto ocurrió en 1996 con Bob Dole y cuatro años después con George W. Bush.
Las estadísticas de Iowa son más favorables para los demócratas, desde 1976 sólo en dos ocasiones el vencedor del caucus no obtuvo la nominación presidencial. Sucedió en 1998 cuando ganó Dick Gephardt y en 1992 con Tom Harkin.
Barack Obama ganó en el 2008 la elección de Iowa cuando era todavía un senador prácticamente desconocido, meses después derrotó a Hillary Clinton en la asamblea republicana y posteriormente al senador John McCain, en la elección presidencial de noviembre.
Por todo lo anterior, Donald Trump está ansioso por ganar Iowa en quince días más cuando de nuevo aparecerá la larga lista de contendientes republicanos. Después de Trump y Cruz figura en las encuestas el senador de Florida, Marco Rubio, con un 12 por ciento de las preferencias, y le siguen el resto de los aspirantes con porcentajes menores al diez por ciento.
La gran decepción de la carrera presidencial republicana la constituye el exgobernador de Florida, Jeff Bush, un político exitoso casado con una mujer de León, Guanajuato, y a quien se le auguraba un mejor futuro. Pero le faltó garra y brillo además de que su parentesco con el expresidente George W. Bush le afectó severamente su imagen.
Hoy en día, con todo y las críticas, los ataques y las descalificaciones en su contra, Donald Trump sigue adelante en sus aspiraciones cuando muchos periodistas y analistas, incluyendo el que esto escribe, pensamos que su arranque exitoso en la carrera presidencial sería sólo una llamarada de petate.
Nos recuerda Trump a dos personajes, también muy polémicos, quienes llegaron a la presidencia de su país en contra de los pronósticos. El primero fue el actor Ronald Reagan, a quien consideraban un político demasiado trivial y viejo para ocupar la Casa Blanca. Hoy en día se le considera uno de los mejores mandatarios norteamericanos de los últimos tiempos.
El segundo es el empresario mexicano Vicente Fox, quien desde la gubernatura de Guanajuato impulsó su imagen de manera efectiva y astuta para desbancar al PRI de Los Pinos luego de setenta años de dominio.
A estas alturas, pues, sería un error descartar a Trump como candidato republicano y como posible ganador de la presidencia. Si así ocurre será un experimento único y muy riesgoso para el vecino país al llegar a la Casa Blanca un empresario sin la menor experiencia en política.
COMENTARIO FINAL
¿Qué les parece si para calmar los sobresaltos el Banco de México fija la paridad del dólar en los 20 pesos y así acabamos con tanta especulación?
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