Magnate nombra a radical en gabinete y tiende puentes con Vladimir Putin. (ARCHIVO)
Aún no cumple ni una semana como presidente electo de los Estados Unidos, pero Donald Trump ha sacudido ya el tablero del ajedrez mundial con nombramientos, declaraciones y llamadas telefónicas.
Un día después de que el republicano aseguró que apenas asuma la presidencia el 20 de enero de 2017 va a iniciar con el encarcelamiento o deportación de tres millones de inmigrantes indocumentados, y que continúa en pie el plan de "sellar" la frontera con México, el presidente estadounidense Barack Obama sostuvo ayer una conversación telefónica con su homólogo mexicano, Enrique Peña Nieto.
La Casa Blanca informó que los mandatarios acordaron seguir tomando medidas para reforzar la relación e institucionalizar los mecanismos de cooperación y "asegurar que la relación fuerte y mutuamente beneficiosa entre México y Estados Unidos perdure".
Ayer mismo se dio a conocer que el jefe de estrategia política y consejero principal de la administración de Donald Trump será Stephen Bannon.
Bannon es ejecutivo del portal de noticias Breitbart News, de conocida tendencia radical de derecha, acusado incluso de asumir posturas racistas y misóginas. De inmediato, este nombramiento despertó polémica incluso entre el sector más moderado del Partido Republicano.
Pero la controversia siguió con la llamada telefónica que sostuvo Donald Trump con el presidente ruso Vladimir Putin, con quien el presidente Obama ha tenido serias diferencias, principalmente respecto a la situación en Ucrania, que ha derivado en sanciones hacia Rusia por parte de Occidente, y Siria, que ha provocado el enfriamento de las relaciones entre Washington y Moscú a un nivel no visto desde la "Guerra Fría".
"El presidente electo Trump le dijo al presidente Putin que tiene mucho interés en tener una relación sólida y duradera con Rusia y con el pueblo de Rusia", afirmó la oficina de Trump en un comunicado.
Por su parte, el Kremlin informó que Putin manifestó la buena disposición de Rusia para "establecer un diálogo como de socios con el nuevo gobierno basado en la igualdad, el respeto mutuo y la no interferencia en los asuntos internos", lo cual significaría un viraje en la política exterior norteamericana.
En Bruselas, los máximos diplomáticos de la Unión Europea pidieron una defensa más robusta y una voz europea más sonora en asuntos internacionales, mientras Donald Trump -que ha preocupado a muchos con sus promesas aislacionistas y proteccionistas- se prepara para asumir la presidencia de Estados Unidos.
