Apoyo. Trump halagó a Vladimir Putin y dijo que 'si Rusia nos quiere ayudar a acabar con al EI, por mí perfecto'. (AP)
El candidato republicano a la Presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a erigirse ayer como representante de la rectitud moral y religiosa en un evento de conservadores en Washington en el que pidió "voz para las iglesias" y atacó a su rival demócrata, Hillary Clinton.
Trump intervino en el encuentro Values Voters (Votantes con Valores) en el que dijo que si llega a la Casa Blanca acabará con la llamada "enmienda Johnson", que desde 1954 prohíbe a organizaciones religiosas apoyar públicamente candidaturas políticas si quieren mantener exenciones fiscales.
"Si no fuera por eso la cristiandad iría como un cohete, como van mis números en las encuestas", aseguró Trump, que cada vez actúa con más comodidad con votantes altamente religiosos, pese a que el magnate fundó su imagen en la gestión de casinos o fotos con conejitas Playboy.
Trump aseguró que Estados Unidos es un país "dividido" y "la fe es la única vía para la unidad", así como que "la familia deber ser el centro de toda política para luchar contra la pobreza".
El candidato republicano, que en su primera intervención durante las primarias ante una universidad evangélica se equivocó en la nomenclatura de un versículo, ayer dijo que a comienzos de su campaña se reunió con líderes religiosos cristianos y judíos y "aquello era un festival del amor".
Trump presentó un plan para las urbes medianas estadounidenses, donde la crisis y el desempleo han sido más acuciantes, centrado en la libertad de elección en educación: "Vamos a traer la competitividad a la educación", afirmó el candidato.
El neoyorquino quiso apelar al voto hispano y afroamericano, "¿qué tienes que perder? Yo voy a arreglar las cosas", reiteró Trump en su intervención.