"Más si osare un extraño enemigo/ profanar con su planta tu suelo/, piensa ¡oh patria querida! que el cielo/ un soldado en cada hijo te dio". Pareciera que la presencia de Donald Trump en la capital de México actualizó las letra del himno bélico mexicano y avivó los sentimientos patrióticos de sus cantores. Un buen preámbulo para la afectividad patriótica del mes de septiembre.
¿Qué es realmente lo que molesta?, ¿qué un gringo ofenda a México o la situación de las personas en migración forzada?; ¿la molestia puede encausar una transformación de la realidad actual?
Esos sentimientos nacionalistas son los que han sido mancillados sistemáticamente por el candidato republicano, los utiliza como renta política, marketing de campaña y estridencia discursiva. No es un peligro solamente para México, es una amenaza para la humanidad la popularidad que pueden alcanzar estos discursos xenófobos. A esta forma de nacionalismo gringo, hay que sumar los movimientos neonazis en Europa y los muros de segregación social que se construyen todos los días en América Latina.
Son múltiples las expresiones de molestia por la visita de Donald Trump, a tal grado que la reacción negativa hasta superó las plataformas de twitter y facebook, y algunos se manifestaron en la calle. Esta forma de reaccionar no se manifiesta con la misma intensidad a la hora en que millones de personas tienen que dejar sus núcleos familiares para ir en búsqueda de trabajo digno a un país extranjero. No aparece la molestia cuando se construyen muros en conjuntos de habitacionales para separarlos de la pobreza que los rodea.
Esta presunta indignación generalizada, tiene una mínima expresión en contra de la administración de Peña Nieto cuando se trata de temas de desaparición forzada, ejecución extrajudicial y la falta de vida digna para más de 50 millones de mexicanos que, en territorio nacional, viven empobrecidos. Es peculiar el sentimiento de molestia por las ofensas proferidas a nuestros paisanos que trabajan en el norte, y que al mismo tiempo, exista una amplia indiferencia por lo que padecen los migrantes centroamericanos en territorio mexicano.
Según las cifras oficiales del Instituto Nacional de Migración sobre niñas, niños y adolescentes migrantes, solamente de enero a agosto del año pasado transitaron por México: 11 mil 132 menores de Guatemala, 6 mil 624 de El Salvador y y 4 mil 644 de Honduras. En su proceso de migración están expuestos a las mismas situaciones que los adultos, es decir, a la explotación sexual, a ser capturados por grupos de narcotraficantes y a ser asesinados sin que nadie note su ausencia.
La migración forzada, tanto de latinos a Estados Unidos, de los sirios y africanos a Europa, desafía nuestras fronteras del dolor por los otros, reta a nuestra reducción nacionalista que nos lleva a sólo poner atención a las ofensas y hostilidad que sufren nuestros connacionales. Los sentimientos que alimentamos en este mes patrio pueden tener la fuerza necesaria para hacernos cargo de la realidad que a nivel local es parte de la violencia económica y militar que se vive a nivel global; o quizá esos sentimientos nos alcancen para seguir cantando el himno, ondeando la bandera y disfrutar de un día más de descanso.
Invitación: el próximo sábado 10 de septiembre a las 5:30 p.m. se llevará a cabo una "Rodada Solidaria". Tendrá dos lugares de salida: la Plaza Mayor y la parroquia de San Judas. La rodada llegará a la Casa de Día para Migrantes "Jesús Torres", y regresará a los puntos de salida. La intención de la rodada es solidarizarse con las personas que están en migración forzada y que se atienden en esa casa, así que se solicita llevar artículos de aseo personal, mochilas, zapatos, etcétera.
@davidsecular