Siglo Nuevo

Un año de grandes sorpresas

Tendencias de la Semana de la Moda de Nueva York

Colección de la marca Desigual. /Foto: EFE

Colección de la marca Desigual. /Foto: EFE

Redacción S. N.

Si bien es cierto que en el mundo de la moda foros como la Semana de la Moda de París, Milán o Londres, siguen siendo las plataformas con las que sueña cualquier diseñador, la Semana de la Moda de la Gran Manzana, es un privilegio estético que reúne en Nueva York las firmas más consolidadas, con aquellos talentos que se van abriendo paso en una de las industrias más competidas y despiadadas.

En su más reciente edición, a inicios de febrero, por la pasarela internacional desfilaron los diseñadores emergentes, con aquellos que ven su sello en la espalda de grandes actrices y estrellas del cine. Lo clásico convivió con lo arriesgado, y lo sofisticado le dio la mano a lo informal contemporáneo.

Dos treintañeros que pisan fuerte en la moda estadounidense, Alexander Wang y Rebecca Minkoff, centraron la atención en la Semana de la Moda de Nueva York por el genio y talento del primero y la visión comercial de la segunda, que se saltó algunas de las reglas de esta pasarela.

Alexander Wang conquistó con la reinvención de una prenda tan femenina como a menudo ignorada: las medias. El alumno avanzado de la academia Parsons de diseño, que con 19 años lo dejó todo para estudiar en la Gran Manzana, que se rindió a sus pies, reivindicó las medias, en las que infiltró inscripciones que simulan tatuajes.

Todo ello al servicio de un look punk con aires londinenses, donde las faldas de cuero negro son un imprescindible para el próximo otoño. Mucho blanco y negro, gasas y tachuelas. Estas últimas aparecen en faldas, vestidos y chaquetas y hasta en los botines. También algunos abrigos largos y en rayas de distintos tonos azules y algunos detalles en blanco. En resumen, un estilo muy distinto al que nos tenía acostumbrados cuando aún no diseñaba en su nombre y era el creativo de la casa Balenciaga.

ROMPE LAS REGLAS

Por su parte, Rebecca Minkoff, la joven de 34 años y preferida de la generación millenial se atrevió a saltarse algunas de las líneas maestras de la Semana de la Moda de Nueva York. Para empezar, esta mujer hecha a sí misma que hace pocos años contaba con un pequeño estudio en la Gran Manzana, apostó por mostrar sus diseños para esta primavera-verano en lugar de otoño-invierno.

"Ve-compra-viste" ("SeeBuyWear") es el lema de Minkoff, que prefiere mostrar en la pasarela lo que ya está en pocas horas en tiendas en lugar de esperar varios meses. Así, mientras el resto de firmas muestran abrigos y botas altas, los minivestidos veraniegos fueron sus prendas estrella en el desfile de este inicio de año.

Con una marcada inspiración romántica y unos patrones funcionales que convierten a sus creaciones en potenciales compras fáciles de llevar, Minkoff mostró una línea donde los vestidos de gasa por encima de la rodilla y los lazos al cuello estilo baby doll fueron los más aplaudidos.

El front row, lo que los 'fashionistas' llaman primera fila de un desfile, fue uno de los más concurridos por caras conocidas en la Semana de la Moda. No se perdieron el evento ni Kate Bosworth, que lucía uno de los mini vestidos que se vieron en la pasarela, ni tampoco 'it girls' como Olivia Palermo y Coco Rocha.

DIVERSIDAD DE APUESTAS

Uno de los más madrugadores de la jornada fue Lacoste, que ha ideado para el próximo otoño una colección limpia, sin estampados, deportiva y de looks casi monocolores. Chubasqueros, abrigos tres cuartos, botas hasta la rodilla y vestidos holgados con distinto corte delante y detrás.

El japonés Tadashi Shoji captó la atención durante la segunda jornada de la Semana de la Moda de Nueva York con sus atrevidas transparencias étnicas, mientras que la diseñadora Kate Spade se decantó por el romanticismo y el estilo sesentero.

Shoji, al que poco le importó que se tratara de la presentación de una colección para el próximo otoño-invierno, se dejó inspirar por la África tribal y tatuó en la piel de las modelos a través de gasas y otros tejidos transparentes motivos étnicos en todo el cuerpo. Además, vestido de encaje, terciopelo y lentejuelas, mucho negro, dorado y lavanda, así como adornos geométricos.

Por su parte, Kate Spade, la firma que ha encontrado el filón comercial por ahora en bolsos y carteras, vistió a una mujer con un look propio de los años sesenta, con colores pastel, estampados florales y vestidos muy femeninos con cinturas altas y por debajo de la rodilla.

La diseñadora se alejó de la industrial Chelsea, donde acontecen la mayoría de desfiles y mostró sus diseños en el número 30 de Rockefeller Plaza, en un icónico edificio que remó a favor a la hora de recrear la puesta en escena de las presentaciones de colecciones en grandes almacenes de los años sesenta.

Quien también conquistó a la crítica jugando en casa fue Jason Wu, de solo 33 años y, aunque basado en Nueva York, de raíces taiwanesas y canadienses. Wu apostó por una colección púdica, con formas discretas y una paleta que llamó "Inmaculada" y que sólo en los detalles se dio algún capricho fuera de negros, azules y marrones.

Por otro lado, la veterana Nicole Miller imaginó para el próximo invierno una mujer de estilo 'bohochic' con largos vestidos estampados y ornamentados hasta los tobillos.

La norteamericana también abogó por complementos y prendas funcionales, como gorros y abrigos gruesos para una mujer que en invierno quiere taparse ante las bajas temperaturas por mucho que algunos diseñadores crean que sólo los hombros y piernas al aire pueden ser sexy.

PROPUESTA DESIGUAL

La marca española Desigual presentó su colección otoño-invierno 2016 en Nueva York con un carácter urbano que añade a su característico estilo 'patchwork' una renovada gama de tejidos y contraposiciones.

Desigual utiliza ese 'patchwork' o 'collage' como metáfora de la diversidad y se inspira para el próximo invierno “en las grandes metrópolis del pasado y del presente como Shian, Samarkanda, Bizancio, Tokio o Nueva York”, tal y como explicó antes del desfile el director de comunicación global de Desigual, Daniel Pérez.

Desigual trajo una propuesta en la que los estampados citan la belleza de las flores exóticas de Japón y el extremo Oriente como el diente de león, la flor de almendro o de cerezo, los motivos geométricos otomanos y los grafismos bizantinos.

En las formas destacaron los cuadros over size y los tartanes recorren lanas y jacquards en una colección que apuesta por la calidez tanto en texturas como en colores. Terciopelos, micropanas, acolchados, adamascados, flocados, blondas, crepés de doble faz o el mohair, que casi invitan a acariciar las prendas.

En cuanto a la paleta cromática, estuvieron muy presentes los rojos y marrones, púrpura y berenjena, y algunas piezas clave en amarillo. “Vestimos a la mujer urbana del siglo XXI que crea su propio estilo, con la mezcla de tejidos e inspiración en distintas épocas e influencias”, explicó Daniel Pérez.

Leer más de Siglo Nuevo

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Siglo Nuevo

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Colección de la marca Desigual. /Foto: EFE

Clasificados

ID: 1200010

elsiglo.mx