Cuando leí la noticia aquella mañana del día 19 del pasado enero, me quedé ¡asombrado, anonadado, maravillado ante tal acontecimiento! Tanto desde el punto vista médico, y sobre todo, como obstetra: la maravilla de un embarazo múltiple: ¡cuatrillizos! Y aun sin empezar a leer la noticia, elucubré varias posibilidades: Tal vez se tratara de un embarazo asistido, manejado con inductores de la ovulación, muy seguramente en una pareja que tenían varios años sin lograr un embarazo de forma natural; las probabilidades de que fuera un embarazo espontáneo eran uno entre 7l0,309 gestaciones; sin embargo, en la nota no había más información y por fortuna se mencionaba un número telefónico al cual marqué de inmediato, contestando el afortunado y orgulloso padre de estos cuatrillizos.
Me presenté con él como médico, sobre todo como gineco-obstreta, y después de felicitarlo, le pregunté si podía responder a algunas preguntas y gustoso aceptó: Con toda la naturalidad del mundo, me informó que su esposa tiene 26 años de edad y él 28, que tan sólo tenían 6 meses de haber iniciado su vida sexual sin utilizar ningún método anticonceptivo, logrando el embarazo, lógico, poco después de este lapso.
A los tres meses de embarazo y por ultrasonido, se percatan de que son tres productos y fue hasta los seis meses cuando encuentran un producto más. Laura Patricia, que así es el nombre de su esposa, continúa con su embarazo siendo controlada en el IMSS de Gómez Palacio; sin embargo, a las 35 semanas se presenta una alza en la presión arterial (Pre-ecalampsia severa) y para un mejor manejo de los productos, principalmente, dada su prematurez, se canaliza el día anterior, a una de las clínicas del mismo Seguro Social en Torreón, sobre todo por los productos que indudablemente nacerían con bajo peso dada las semanas de gestación.
Pocas horas después de su arribo a la clínica, se efectúa la operación cesárea, obteniéndose cuatro productos, dos del sexo femenino y dos masculinos. Platicando más con José, le preguntaba que si había antecedentes de embarazos múltiples en ambas familias y me dice que al parecer su padre tuvo hermanos gemelos, pero no lograron sobrevivir. Por el lado de su esposa, agrega que tiene unos primos gemelos ya adultos por el lado materno.
Por regla general, el número de hijos nacidos de cada embarazo constituye una característica heredada, fija para cada especie. El número de hijos es, en general, inversamente proporcional al tamaño del adulto en las distintas especies; cuanto más grande es el animal, menos hijos tienen en cada gestación. Las especies que solamente disponen de dos glándulas mamarias usualmente paren un solo hijo. La mayoría de los animales con un solo útero, es el caso de la especie humana, tan sólo tienen un producto. Así mismo, el número de productos en las distintas especies está en relación con el promedio de vida media: cuanto mayor es el tiempo de sobrevivencia, menos numerosa será la descendencia.
De acuerdo a lo anteriormente expuesto, lo común, lo frecuente, lo de todos los días, es que en la especie humana se obtenga únicamente a un producto de cada embarazo, de ahí que cuando una pareja se ve favorecida con la llegada de dos bebes, "cuates o gemelos", el acontecimiento sea motivo de orgullo, alegría y satisfacción por parte de los afortunados padres y sus familiares y en algunos casos de "vanidad" por parte del varón, el cual no deja de considerarse un "superhombre", un "super macho"; no obstante, el suceso no trasciende más allá del seno familiar. Se calcula que por cada 89 nacimientos con producto único, uno será gemelar.
Cuando en este maravilloso fenómeno de la reproducción en la especie humana se ve la llegada de tres bebés en un solo embarazo, hecho que de acuerdo a las estadísticas se presentaría una vez cada 7,291 nacimientos con producto único, el acontecimiento trasciende del seno familiar dado lo poco común del evento; la noticia traspasa las barreras hospitalarias y del hogar y el suceso, sin buscar publicidad, es conocido por los medios de comunicación, radio, prensa y televisión. Quizá la noticia no deje de ser local o regional, aun cuando en algunos casos se le da una proyección nacional, dado lo poco común del acontecimiento. Sin embargo, cuando en este maravilloso acontecimiento de nacer, se ve la llegada de cuatro, cinco, seis, siete y hasta ocho bebés en un solo parto, el suceso trasciende todas las barreras locales, regionales, nacionales y el acontecimiento tiene una difusión prácticamente internacional.