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Un gran compositor, un gran intérprete

DR. LEONEL RODRÍGUEZ R.

En tres ocasiones, he tenido la oportunidad de visitar la tumba del gran compositor guanajuatense José Alfredo Jiménez en el cementerio de la población que lo vio nacer: Dolores Hidalgo, Gto., uno de los cuatro Pueblos Mágicos con los que cuenta este estado, además de Jalpa de Cánovas, Yuriria y Salvatierra.

Fue allí en donde en septiembre de 1810 el cura Hidalgo hizo teñir las campanas para dar a conocer al pueblo que el momento de iniciar la lucha por la independencia había llegado; es allí en donde se inicia la ruta que el mismo padre Hidalgo siguió hacia el norte de la nación hasta llegar a Chihuahua; es allí en donde en una glorieta se encuentra la figura de este gran compositor como un reconocimiento del pueblo que lo vio nacer.

José Alfredo Jiménez, uno de los más prolíferos compositores, regaló no solo a México, sino también al mundo entero, sus mejores composiciones, que si en un principio se llegaron a catalogar como canciones de cantina, ahora, a través de los años, están siendo valoradas con otra categoría y aun cuando ya estamos a más de cuatro décadas de su partida, sus composiciones continúan siendo grabadas en otros idiomas y son increíbles las regalías que a 43 años de su partida aun reciben sus herederos.

¡Qué fácil y sencillo es llegar hasta la tumba de José Alfredo Jiménez! En la capital del estado, Guanajuato, continuamente están saliendo tours que recorren varias ciudades, uno de ellos nos lleva a Dolores, Hidalgo, primeramente se llega al cementerio en donde se encuentra su tumba y después se visita el resto de la bella y legendaria ciudad, con sus hermosos y bien cuidados jardines, sus museos, sus centenarios edificios de una belleza arquitectónica digna de admirar y plasmar en decenas de fotografías y pinturas, con una gran historia, se visita la casa-museo en donde vivió el cura Hidalgo, se realiza un recorrido por sus calles, se disfruta en la plaza principal de exquisitos helados de una gran variedad de sabores; así mismo, se paladea la exquisitez de su gastronomía y no puede faltar ir a admirar en una gran multitud de centros la artesanía de Talavera que hay en toda la ciudad y al atardecer llegar a otra bella ciudad colonial: San Miguel de Allende.

Otro de los recorridos nos lleva únicamente a conocer el Cerro del Cubilete, lugar del cual también se inspiró el gran compositor y que es una verdadera experiencia llegar hasta este lugar turístico religioso, y lo interesante en todo el recorrido es que en música grabada se escucha una de sus más bellas composiciones: Camino de Guanajuato.

Sin embargo, nos referiremos solamente al que nos lleva hasta la tumba de José Alfredo en el panteón local y muy cerca de la entrada se encuentra el recinto en donde, de acuerdo a sus deseos, descansa el sueño eterno del gran compositor y realmente llama la atención el tipo de su tumba: Un gran sombrero de charro y un grandísimo sarape con varias divisiones que varían de un color a otro y que son de diferentes longitudes, en cada uno de estas divisiones se encuentra el nombre de una de sus canciones y de acuerdo a los guías que nos hacen una reseña de su vida y obra, la dimensión de un espacio de un color y que tiene el nombre de una canción, fue o es el éxito que ha tenido la melodía marcada, por supuesto que no se encuentran todas ellas, sino únicamente una mínima parte, pues fueron cientos y cientos de canciones que compuso y que al parecer aun quedan algunas inéditas.

Es muy notorio observar que el espacio que tiene el lugar en donde está marcada la composición "El Rey", es la de mayores dimensiones, pues por todos es conocido que fue la canción que más popularidad alcanzó y todavía hasta la fecha los artistas jóvenes, con unos arreglos increíbles, aun las vuelven a cantar y a colocar en los primeros lugares de éxito.

Muy pocos son los compositores que han logrado en vida la gloria de inmortalizarse al mantenerse como figura estelar por muchas décadas y continuar en ese primer plano después de varios años de su fallecimiento, y uno de esos lo logra hasta la actualidad José Alfredo Jiménez, quien vio la primera luz el día 19 de enero de 1926, ¡hace exactamente noventa años!, en la población de Dolores Hidalgo, Guanajuato, quien habría de convertirse en pocos años en el más prolífero compositor y uno de los que sus canciones hayan sido interpretadas por un gran número de intérpretes, considerado como uno de los más grandes compositores de música ranchera y el último de los bohemios de la música mexicana.

Desde niño, mostró su vocación componiendo versos, perfilándose hacia lo que sería su profesión, su gloria y su inmortalidad. Tras el fallecimiento de su padre y motivado por el ímpetu de querer convertir en realidad lo que aspiraba ser, se marchó a la ciudad de México a los 18 años de edad; allí inició sus actividades artísticas en un programa de "La hora del aficionado" de la XEW, la voz de la América Latina desde la ciudad de México.

A partir de 1947, su sencilla brillantez empezó a tomar forma y a plasmarse perdurablemente en el acetato, cuando Andrés Huesca y sus Costeños le grabaron su canción "Yo", la cual se convirtió en un gran éxito; en 1950, logró el "Disco de Oro" como compositor y así sucesivamente fue cosechando éxito tras éxito.

La música de José Alfredo Jiménez ha deleitado a millones de personas de diferentes países por varias décadas, ya sea en su propia y característica interpretación, o en los más variados estilos, voces y arreglos de una infinidad de intérpretes que van, desde los más sencillos trovadores, hasta los más renombrados cantantes rancheros y baladistas internacionales.

Por canciones sencillas y de situaciones cotidianas expresadas con mucho sentimiento e inspiración, ha sido capaz de llegar indiscriminadamente a lo más íntimo del corazón y la mente de multitudes, desde los más humildes hasta los más intelectuales, quienes se han convertido en más de alguna ocasión, en protagonistas de sus historias o plegarias.

Este gran compositor, quien alcanzó la gloria e inmortalidad con infinidad de sus inspiradas canciones, muchas de ellas hechas toda una poesía, falleció en la ciudad de México el día 23 de noviembre de 1973 ¡Hace ya más de cuarenta y dos años!, teniendo la gran satisfacción en vida de mantener su reinado hasta que él quiso. Ahora, a casi un siglo de su nacimiento y más de cuatro décadas de su partida, el corazón y el cariño de las multitudes le han tributado su reconocimiento, consagrándolo como el más grande de los compositores de música ranchera de México.

¡Descanse en paz

(Enero del 2016).

leonelrodriguez42@live.com.mx

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