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¿Un México acobardado?

Mirando a fondo

VÍCTOR GONZÁLEZ AVELAR

ENTRADA.- Terminamos el año muy enojados. Llegaremos al 31 de diciembre irritados unos contra los otros, contra el gobierno, contra los gobernadores ladrones y en general contra todos los representantes de alguna institución.

Acabamos este año igual como han sido los últimos 16 años: inconformes con nosotros mismos y culpando de nuestras inconsistencias, errores e incompetencia a los demás.

Parecería que los mexicanos hemos perdido el rumbo y no encontramos puerto seguro y lo más grave, los mexicanos todos, pobres o ricos, nos encontramos atrapados por esa novedosa droga alucinante que nos ha servido como el medio perfecto para escapar de la realidad. Se trata del mentado teléfono celular inteligente.

SOPA.- Miles de hombres, mujeres, jóvenes y niños deambulan como zombis por todos los rumbos de la ciudad con la mirada fija en ese satánico artilugio. En las reuniones sociales, familiares, en el mismo automóvil o en los restaurantes, vemos como todos se abstraen del mundo exterior y de las personas que están a su entorno, para caer hipnotizados ante el satánico instrumento llamado "celular" y que los evade de la realidad automáticamente.

PLATO FUERTE.- Por medio de este instrumento la actual generación ha encontrado como el sustituto de la realidad a los "memes".

Los "memes" se han convertido en la verdad absoluta e indiscutible para todos, instituyéndose de manera universal un novedoso concepto: la "memecracia".

Nuestro conocimiento del mundo exterior se hace ahora por estos medios que son más de desinformación que de información a través de las mentadas redes sociales, hoy llamadas por muchos estudiosos del fenómeno como las "cloacas sociales".

No obstante que muchos mensajes pueden llegar a ser positivos, constructivos y alentadores, el noventa por ciento restante es de simples y meros desahogos personales. Los "memes" en un 90 % son emitidos por personas poco informadas y que han leído pocos libros, que son amigos del chisme, de las verdades a medias y terriblemente adictos a la calumnia y al insulto anónimo.

Si antes los mexicanos nos denigrábamos en la prensa, ahora somos la generación que más se autodenigra especialmente mediante los famosos "memes". A través de ellos, nuestra sociedad se autohumilla etiquetándose como corrupta, ladrona, que tranza, que es floja, irresponsable y de poco fiar.

Históricamente hemos sido maestros en aquello de desconocer la realidad recurriendo para ello a la broma, el chiste o el chistorete. Con esa perversa conducta hemos logrado ser reconocidos en el mundo entero tal y como nos ha gustado describirnos a nosotros mismos.

Y aunque pareciera que hemos cambiado, seguimos imputando las culpas a nuestro desastre nacional a quien sea, menos a nosotros mismos.

Siendo así como somos, ahora tenemos un nuevo personaje a quien imputar las causas y origen de nuestras desgracias. Se trata del señor Donald Trump. En esa tarea han sido los "memes" un instrumento de relevante importancia.

Este país de machos y envalentonados golpeadores de mujeres, ahora se ve y se siente acobardado por la lengua del señor Trump, igual que la gran mayoría de nuestros sectores sociales, que más por mera ignorancia que por otra razón, olvidan lo difícil que ha sido nuestra historia.

POSTRE.- México ha luchado por 500 años para llegar hasta donde nos encontramos ahora. Hemos enfrentado una larguísima serie de invasiones por potencias extranjeras. Con los gringos perdimos más de la mitad del territorio nacional. Después México supo enfrentar y vencer a los ejércitos de Napoleón III. Sufrimos decenas de revueltas, revoluciones, motines o asonadas y con ello la muerte de millones de mexicanos que buscaban nuestra identidad como pueblo y como nación.

Hemos pasado crisis económicas y políticas desde siempre y desde cuando éramos un país más pequeño y de mínima importancia en el concierto de las naciones. Ahora somos la treceava economía del mundo de entre más de 200 naciones. Mucho hicieron las generaciones pasadas para llegar a la posición en que nos encontramos que pese a toda la problemática, deficiencias, errores y corruptelas que usted quiera, hemos podido sobrevivir y sobresalir en muchos aspectos en la vida económica, artística y cultural en el mundo.

Ante las amenazas de la viperina lengua de Donald Trump, deberemos responder con una sólida y fuerte unidad de todos frente al peligro, que no sería la primera vez. La unión de todos sería nuestra única fortaleza. Es ahí en donde los "memes" constructivos e inteligentes sí podrían ayudarnos en algo para hacer la diferencia.

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