Felicidad. Alzando pequeñas banderas de Cuba, los viajeros llegaron a Santa Clara.
Un vuelo histórico, nostálgico y lleno de gritos de alegría vivieron ayer los 150 pasajeros del primer trayecto comercial de Estados Unidos a Cuba en más de cincuenta años, que despegaron y aterrizaron con la ilusión de un mayor acercamiento entre los cubanos de ambas partes. A María Victoria Saoji, de 61 años, se le escapaban las lágrimas al recordar que desde los 13 años, cuando salió de Cuba, no había regresado a la isla.
Saoji expresó que lo primero que haría al tocar suelo cubano era ver los paisajes que extraña desde hace 49 años y conocer a las nuevas generaciones de su familia. La aerolínea estadounidense JetBlue fue la anfitriona de una fiesta que celebró por las nubes el despegue de uno de sus aviones Airbus A320 del Aeropuerto Internacional de Fort Lauderdale (FLL), al norte de Miami, al Abel Santamaría de Santa Clara, el primero en conectar a ambas naciones desde su reconciliación diplomática en julio de 2015.
"Tengo la ilusión de que este sea el primer paso de una apertura económica entre ambos países, y también humanitaria y familiar", dijo, Aleisys Barreda, una de las pasajeras cubanas.
"¡Ay qué locura, yo me imaginé que iba a ser la locura, pero no tanto!", exclamaba Barreda, quien disfrutó la fiesta de principio a fin. Una decena de estadounidenses voló también en esta histórica jornada, pero no como turistas, sino ajustándose a alguna de las doce categorías permitidas por el Gobierno de EU a sus nacionales como parte del embargo económico que aún pesa sobre la isla, y que veta los viajes turísticos.