Transformación. La protección civil es mucho más que extintores, dice Alonso Gómez. (ARCHIVO)
Con 20 años de trayectoria en protección civil y casi 30 en el servicio público, Alonso Gómez Vizcarra ha sido testigo y participante de la transformación que con el paso del tiempo y las experiencias negativas, se ha dado en este aspecto en nuestro país y en el ámbito local.
Y es que en la actualidad sería ocioso relacionar a la protección civil con extintores, rutas de evacuación y con apagar incendios, como ocurría cuando en el quehacer público apenas se incorporaba el concepto y se traducía a una simple oficina administrativa.
Alonso Gómez inició como voluntario durante la administración municipal 1995-1998 a cargo de Rafael Villegas Attolini, pues además de ser auxiliar de relaciones públicas y logística, participaba en la atención de emergencias.
Fue en ese periodo cuando con la autorización del secretario del ayuntamiento, Ángel Francisco Rey Guevara, coordinó a los cuerpos de rescate y seguridad en el control de un incendio que se registró en una fábrica de muebles.
En la siguiente administración, con el entonces alcalde Carlos Herrera Araluce y ya como coordinador del área, Gómez Vizcarra era la única persona a cargo de protección civil, por lo cual autorizaba los permisos para los simulacros y también le tocaba organizarlos, al igual que atendía solicitudes para eventos masivos, entre otras funciones.
Tres años después, cuando Leticia Herrera Ale fue alcaldesa por primera vez, Ricardo Hernández Rueda se integró a la Unidad de Protección Civil y se le asignó un vehículo oficial a Alonso Gómez, quien hasta entonces atendía sus funciones en el auto de su propiedad.
Aunque el sismo de 1985 en Ciudad de México fue el parteaguas que modificó la percepción de la protección civil en el país, fue hasta el año 2000 cuando por decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación, se obligaba a todos los municipios, estados y delegaciones a contar con una Unidad respectiva, con estructura propia.
Actualmente, los directores de estas áreas deben tomar un curso que dura un año para obtener la certificación del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), la cual se renueva constantemente y sin la cual no pueden desempeñar el cargo público.
A nivel local, entre los hechos que hicieron el cambio en este tema se cuentan una fuga de amoníaco en una empresa avícola que se registró en 2008, donde 16 trabajadores resultaron intoxicados; al día siguiente, habitantes de las colonias Hamburgo, Abraham Rosales y División del Norte bloquearon el bulevar Ejército Mexicano y el acceso a la planta para obligar a los dueños a modificar el manejo de este gas que empleaban como refrigerante, pues en el incidente tuvieron que ser evacuados de sus viviendas.
Lo mismo ocurrió en la hielera de Hidalgo y Justo Sierra, cuya fuga evidenció el manejo inadecuado del amoniaco y las escasas medidas de protección en los trabajadores que tenían contacto con el gas, pues calzaban huaraches sin tomar en cuenta el riesgo que implicaba.
Como director de Protección Civil, a Alonso Gómez le ha tocado coordinar las labores de vigilancia y prevención en tres avenidas del río Nazas (2008, 2010 y este año); brindar atención tras los ataques a gasolineras y comercios y amenazas de bomba en la época crítica de inseguridad; atender fugas de gas y gasolina en ductos de Pemex y rescatar a personas que intentaron suicidarse desde lo alto de la réplica
De la torre Eiffel o las de CFE, además de salvar la vida de un niño que cayó a un pozo en el poblado Las Lechuzas, en 2008. Además de haber tomado decenas de cursos de capacitación en el país y el extranjero, Gómez Vizcarra forma parte del Comité Estándar de Competencia en Protección Civil del Cenapred, integrado por seis directores estatales y cuatro municipales.